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UCD se pronuncia contra el divorcio por mero acuerdo

Una enmienda introducida en la ponencia de política social del II Congreso de UCD, en la que se rechaza el «mero acuerdo» como fórmula del divorcio, provocó ayer un enorme revuelo en el Auditórium de Palma de Mallorca, al ponerse en circulación interpretaciones distintas respecto al efecto de esta enmienda sobre el proyecto de ley de divorcio defendido por Francisco Fernández Ordóñez, ya aprobado por la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados y pendiente de ser sometido al Pleno de la Cámara.

El sector socialdemócrata convocó de inmediato una conferencia de Prensa para explicar el sentido que, a su juicio, tiene la citada enmienda. Según Fernández Ordóñez, el texto aprobado no se contradice con el proyecto de ley porque éste regula la forma de divorcio como «constatación de una ruptura, lo cual no tiene nada que ver con el mero acuerdo».Sin embargo, uno de los ponentes del sector crítico, José Antonio Escartín, entiende que el acuerdo del congreso de UCD es contrario al proyecto de ley actual, puesto que la referencia al mero acuerdo excluye un divorcio basado en el acuerdo de los cónyuges. Según el citado miembro del sector crítico, la interpretación del ministro Fernández Ordóñez no puede mantenerse, «porque será difícil explicar cómo, una vez proscrito el divorcio por mero acuerdo, puede defenderse un divorcio por mutuo acuerdo».

Mientras se producía esta polémica, los sectores crítico y oficialista trataban de negociar la posibilidad de un acuerdo sobre la composición del nuevo comité ejecutivo. Tras varias horas de forcejeo, los oficialistas impusieron un sistema que dará treinta puestos a la lista mayoritaria y sólo cinco a la minoritaria, rechazando el intento de los críticos de que la elección se efectuara por sistema proporcional, así como de un reparto menos desigual de puestos.

Los dirigentes del sector crítico se encontraban reunidos anoche, estudiando si se retiraban del congreso o si adoptaban algún otro tipo de estrategia en relación con la elección del órgano directivo del partido. El propio Adolfo Suárez inclinó decididamente al sector oficialista para imponer la solución antes citada, frente a otros miembros del mismo -el propio Calvo Sotelo, candidato a la jefatura del Gobierno- que eran partidarios de soluciones conciliadoras.

Páginas 14,15,16 y 17

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