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El acuerdo Gobierno-sindicatos hace descender la tensión en Polonia

El repentino acuerdo entre las autoridades polacas y los huelguistas del sindicato libre Solidaridad en la región de Bielsko-Biala (sur de Polonia), a primeras horas de ayer, provocó un inmediato descenso de la tensión social en el país y una baza política para el sector del partido comunista polaco (POUP), partidario del diálogo, que celebra el próximo lunes un importante pleno de su Comité Central. El propio presidente de Solidaridad, Lech Walesa, que siguió paso a paso la huelga de Bielsko-Biala durante diez días, emitió ayer un comunicado desconvocando las ocupaciones de fábricas previstas en caso de que no se llegase a un acuerdo. Por su parte, la agencia soviética Tass consideró ayer ilegales las reivindicaciones de los obreros de Bielsko-Biala para la revocación de representantes de las autoridades, y volvió a acusar a Solidaridad de «atacar a fondo al partido y al poder en Polonia».

Los obreros de Bielsko-Biala, que mantenían paralizadas las 120 empresas más importantes de la provincia, firmaron el acuerdo con el viceprimer ministro, Jozef Kepa, negociador de los acuerdos de Jasztrebie en septiembre pasado, quien garantizó que ayer se tomarían medidas (dimisiones) contra los altos responsables de la provincia, tal y como reivindicaban los obreros, y que ningún huelguista sería sancionado económicamente por su participación en los paros durante diez días, con lo cual el decreto del pasado miércoles referido a las sanciones contra los huelguistas, pérdida del 50% de su salario, queda sin efecto momentáneamente.En su comunicado a los distintos MKZ (sindicatos regionales confederados a Solidaridad), Walesa dijo: «La huelga de Bielsko-Biala ha terminado. El objetivo ha sido alcanzado y anulo el estado de preparación de huelgas».

Los obreros de Bielsko-Biala volverán al trabajo mañana, a pesar de ser sábado libre, con una jornada de ocho horas, en compensación por el día de ayer.

A pesar del rápido acuerdo de Bieisko-Biala, donde, además de Kepa y Walesa, participó en la negociación el secretario de la conferencia episcopal polaca, Bronislaw Dabrowski, la situación es tensa aún en Jelenia Gora, Rzeszow y Lodz.

Negociaciones rotas

En la primera provincia, las negociaciones para la dimisión de treinta responsables comunistas se rompieron en la madrugada de ayer, y los obreros han decretado la huelga general indefinida a partir del próximo lunes, día 9.En Rzeszow, donde los sindicatos de agricultores, fusionados ya en Solidaridad Campesina, negocian fundamentalmente la legalización de este sindicato, afiliado a Solidaridad, sobre el que deberá pronunciarse el Tribunal Supremo el próximo día 10, las conversaciones se encuentran en un punto muerto.

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En Lodz, millares de estudiantes siguen ocupando edificios de la Universidad. La tensión estalló también ayer en la provincia de Sulwaki (noreste de Polonia, fronteriza con la URSS), donde 12.000 obreros iniciaron una huelga intermitente en protesta por el asalto policial, el pasado miércoles, a unos locales de Solidaridad.

A dos días de la celebración del octavo pleno del Comité Central del POUP, la línea favorable al diálogo con los sindicatos se ha afianzado, demostrado ayer en un editorial especialmente conciliador del órgano oficial del POUP, Tribuna Ludu.

Por otra parte, la expulsión del partido del ex primer ministro y hombre de reconocida militancia prosoviética Piotr Jaroszewicz hace presagiar que en el octavo pleno, como ocurrió en los dos anteriores, se procederá a depuraciones de cuadros y algún alto responsable.

Tribuna Ludu comentó ayer que es necesario «reducir» el número de afiliados al POUP, que finalicen las arbitrariedades del partido y su monopolio «a tener siempre derecho», proponiendo el diálogo como forma ideal de su nueva política.

Inculpación a la OTAN

Este tono conciliador contrasta con un ataque ayer de la agencia de Prensa soviética Novosti, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de la URSS, contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a quien acusa de «injerencia» en los asuntos polacos y «alentar a las fuerzas antisocialistas» con el fin de crear «un caos completo en el país».La decisión de la Alianza Atlántica de enviar a la República Federal de Alemania (RFA) tres aviones-radar Awacs es calificada por Novosti como «un claro desafío» y «provocación directa» en relación con Polonia, miembro del Pacto de Varsovia.

La agencia soviética acusa a la OTAN de iniciar una «guerra de nervios y un conflicto psicoestratégico» para mantener en Polonia un «clima nervioso».

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