La crisis del Ayuntamiento coruñés pone en peligro la alcaldía nacionalista

La crisis ha hecho mella de nuevo en el seno de la Corporación municipal de La Coruña, que preside el nacionalista Domingo Merino. Ahora parece ya inevitable un desenlace que comprenda la inmediata reorganización de las alianzas establecidas a raíz de un enfrentamiento del público con los concejales de UCD y de CD, especialmente, pero también con los socialistas y el único representante del Partido Galleguista (PG). El PSOE anunció que no asistirá, de momento, a ninguna de las reuniones o plenos que convoque el alcalde.

El detonante de esta grave situación fue el hecho de que se discutiera en un pleno reciente una moción de solidaridad presentada por el bloque a favor de la maestra Xosefa. Bahamonde, que fue suspendida en sus funciones docentes del colegio de Dices-Rois por impartir la enseñanza únicamente en idioma gallego. Una parte del público asistente abucheó a los concejales que se opusieron a la moción. Cuando el alcalde se vio obligado a suspender la sesión, a la vista de los acontecimientos, varias personas esperaron la salida de los ediles y el presidente de la Diputación y concejal de UCD, Enrique Marfany, fue agredido en el cuello.

El hecho de que, previamente, se ausentasen del polémico pleno municipal todos los representantes de PSOE, UCD, CD y PG -con diecinueve concejales en total, de los veintisiete que componen la Corporación de La Coruña- hace pensar que las cosas vuelven a rodar definitivamente mal para la inestable alianza que gobierna en el Ayuntamiento coruñés. La Prensa local dio gran relieve a lo sucedido, y, para justificar el cambio urgente de alcalde, aludió a que «el Ayuntamiento de La Coruña ha perdido su protagonismo en la vida de la ciudad». Todo parece indicar que Domingo Merino las tiene ahora mismo más difíciles que nunca en su sillón de la alcaldía coruñesa, pese a que el Partido Galleguista hiciera público ayer un comunicado en su apoyo.