Ex embajador en Guatemala
Me refiero a continuación a las declaraciones del que fue embajador de España en Guatemala, Máximo Cajal, publicadas en EL PAIS el pasado 25 de los corrientes.El haber estado a cargo de los intereses; españoles después del asalto a nuestra Embajada en Guatemala y concretamente hasta el 3 de abril de 1980, me coloca en situación especialmente privilegiada para tratar de analizar con criterios objetivos los hechos acaecidos. Es por ello que hoy, con la perspectiva que proporciona el tiempo transcurrido y la serenidad suficiente para que no se me pueda achacar precipitación en el juicio considero oportuno señalar lo siguiente:
1. Me identifico plenamente con el contenido de la carta dirigida a EL PAIS por el entonces director de la Oficina de Información Diplomática, Antonio de Oyarzábal, de fecha 28 de septiembre del pasado año, en la que, entre otras cosas, se decía: «Los cuerpos de seguridad guatemaltecos entraron en la Embajada de España en contra de la voluntad expresa del Gobierno español, reiteradamente manifestada tanto por su embajador en Guatemala como por su ministro de Asuntos Exteriores, cometiendo así una gravísima violación del derecho internacional y dando lugar a la trágica pérdida de vidas humanas de todos conocida».
2. Una vez analizada cuidadosa mente la información correspondiente, ratifico y confirmo la exactitud y veracidad de las respuestas que da el embajador Cajal en relación con los dramáticos acontecimientos del 31 de enero de 1980.
3. Califico la actuación del embajador español como correcta, valiente, serena y extraordinaria mente responsable. Su único peca do fue salvar la vida, con lo que se constituyó en el principal dedo acusador como testigo presencial de los hechos.
4. Expreso una vez más mi respeto y estima por el noble pueblo guatemalteco, amante de la paz y de la justicia, con quien tantos lazos de historia, cultura, idioma y costumbres comunes nos unen./
consejero de embajada.
