La "cumbre" islámica de La Meca hace un llamamiento a la guerra santa contra Israel
ENVIADO ESPECIAL, Un llamamiento a la guerra santa contra Israel hasta que sean liberadas Jerusalén y Palestina y una condena en duros términos de la invasión soviética de Afganistán son los dos aspectos más destacables de la Declaración de La Meca, aprobada anoche por los 37 Estados participantes en la tercera cumbre islámica, celebrada en Taif (Arabia Saudí).
La conferencia fue clausurada a primeras horas del viernes, hora local, después de que el secretario general de la misma, Habib Chatti, leyera el texto de la Declaración de La Meca ante los veintiocho jefes de Estado y de Gobierno presentes, los nueve altos dirigentes de otros países miembros y el líder de la OLP, Yasir Arafat.La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) es una de las grandes triunfadoras de esta tercera cumbre islámica, que en su declaración final reconoce el derecho inalienable del pueblo palestino a la autodeterminación y a formar un Estado dirigido por la OLP, «su único representante legítimo». La cumbre aprovó una resolución separada en la que se detalla una serie de medidas políticas y económicas a seguir por los países miembros de la conferencia, contra Israel y sus aliados, hasta que se consiga la liberación de Jerusalén -la tercera ciudad santa del Islam-, de Palestina y de «otros territorios árabes ocupados».
Según han explicado en diversas ocasiones los líderes musulmanes, la jihad o guerra santa no es necesariamente una guerra militar, sino un conjunto de acciones de tipo económico, político, diplomático, informativo, cultural, etcétera.
Respecto a Afganistán, la conferencia islámica condena la intervención militar soviética, declara su apoyo a la lucha del pueblo afgano y expresa su deseo de que se llegue a una solución política del conflicto, que pasa por la retirada inmediata e incondicional del cuerpo expedicionario soviético.
Los dirigentes de los países musulmanes expresan en la Declaración de La Meca su solidaridad con el pueblo heroico de Afganistán, que libra una jihad (guerra santa) por su liberación, y subrayan su derecho a pertenecer al movimiento de los países no alineados y a ejercer la autodeterminación. La dureza de la condena soviética fue mayor de la que esperaban inicialmente los observadores, máxime cuando algunos de los países presentes, como Siria y Yemen del Sur, mantienen tratados con la URSS.
La guerra entre Irán e Irak es «una herida sangrante en el corazón de la nación islámica» y los participantes en la cumbre se lamentan de que Irán no haya querido estar presente en la misma, lo que ha impedido la búsqueda conjunta de una solución pacífica del conflicto. Sin embargo, los países islámicos seguirán buscando esa solución.
La larga Declaración de La Meca contiene llamadas a la unión de la ummah (la nación islámica) y a la utilización de los principios coránicos en todos los ámbitos de la vida, para crear un mundo más equitativo y justo. Hay una declaración de lealtad a los «principios de los no alineados, de la Liga Arabe y de la Organización para la Unidad Africana (OUA).
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