La policía descarta el móvil político en el secuestro del propietario de Avidesa
El director-propietario de las empresas Avidesa y Cartonajes Súñer, el español que más pagó a Hacienda el pasado año, Luis Súñer Sanchis, fue secuestrado anoche por unos desconocidos que, encapuchados, le obligaron a abandonar su despacho de trabajo en una de las factorías instaladas en Alcira e introducirse en un vehículo para darse inmediatamente a la fuga.
En el momento del secuestro se encontraba con Súñer Sanchís un grupo de directivos de Avidesa que, maniatados, fueron introducidos en una habitación próxima al despacho y advertidos de que no abandonaran su encierro hasta pasada la una de la madrugada de hoy, hora en la que quedaría desactivada la carga explosiva que, supuestamente, haría explosión si se intentaba abrir la puerta que comunica ambas dependencias.Según informó a EL PAÍS el gobernador civil de Valencia, José María Fernández del Río, los secuestradores eran seis, uno de ellos mujer, armados con dos metralletas y dos pistolas. Los seis directivos que acompañaban a Súñer en el momento del secuestro lograron liberarse de sus ataduras y saltar por una ventana al exterior de la factoría, dando inmediatamente aviso a la policía, que al cierre de esta edición ha desplegado importantes efectivos por toda la región valenciana, tratando de localizar a Súñer y sus secuestradores.
Inspeccionado por artificieros de la policía el paquete dejado por los secuestradores con la amenaza de que se trataba de una bomba, resultó ser una simple caja de galletas.
Las primeras estimaciones policiales, que parecen descartar el móvil político -en este sentido, uno de los directivos presentes en el secuestro manifestó a EL PAÍS que Súñer Sanchis no pertenece a partido político alguno ni tiene significación política de ningún signo-, apuntan la posibilidad de que Súñer pudiera haber sido trasladado a Valencia, ciudad que se encuentra de Alcira a una media hora por carretera. Se da la circunstancia de que a la hora de ocurrir el secuestro las condiciones climatológicas en la región valenciana mantenían expeditas Las carreteras, salvo las que comunican con Albacete, que -permanecían con grandes capas de hielo que hacían difícil el tránsito por ellas.
Los secuestradores tenían acento vasco
En cuanto a la posible identidad de los secuestradores, de los que tan sólo se sabe que uno de ellos era una mujer, al parecer la que permanecía al volante del vehículo en el que abandonaron la factoría, se ha podido establecer que tenía acento vasco. De otra parte, según apreciaciones de la Guardia Civil, los secuestradores utilizaron metralletas que parecían del modelo Stein, arma habitualmente utilizada por los comandos de la organización terrorista ETA.
Súñer Sanchis tiene setenta años de edad y está casado en segundas nupcias, contraídas tras la muerte de su primera mujer. Según medios periodísticos de Alcira, Súñer cuenta con enorme simpatía en la región valenciana.
Según uno de los directivos de Avidesa con los que EL PAÍS pudo establecer contacto en el mismo domicilio del secuestrado, esta empresa, que cuenta con siete factorías en Alcira, se dedica a la avicultura y la producción de helados, tartas y otros preparados alimenticios. Siempre según la misma fuente, pueden descartarse totalmente los motivos laborales entrelos móviles del secuestro, por cuanto que Avidesa nunca registró el menor conflicto social. Avidesa cuenta con una plantilla de hasta 1.800 trabajadores en los meses del verano, temporada en la que registra la mayor producción.
La otra empresa de Súñer, Cartonajes Súñer, cuenta con una plantilla de unos quinientos empleados, y sí ha registrado últimamente conflictos laborales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.