Tres niños, muertos en Zaragoza al incendiarse su casa

Tres niños, el mayor de ellos de tres niños, perecieron ayer en Zaragoza a consecuencia de un incendio producido en la casa donde habitaban. Los tres eran hermanos y únicos hijos de un joven matrimonio de raza gitana. La mayor, Diana Gabarre Gabarre, tenía tres años; la segunda, Pilar, hubiera cumplido dos en febrero, y el pequeño, Miguel Angel, tenía sólo nueve meses.En el momento de producirse el suceso, que, según testimonios de los vecinos, sobrevino con gran rapidez, los infortunados niños estaban solos en casa, ya que su madre, María Gabarre Hernández, de veintitrés años de edad, había salido para comprar el pan y la leche a escasos metros del edificio. El padre, José Antonio Gabarre Gabarre, también de veintitrés años y albañil de profesión, se encontraba trabajando.

Las causas concretas del incendio están aún sin confirmar, pero fuentes de la policía estiman que debieron prenderse las ropas de la cama donde se encontraban los tres niños con el fuego de una estufa de butano, cuyos restos se han encontrado junto con los de otras dos estufas eléctricas. Al parecer, los niños murieron a causa del humo producido por las llamas.

Los primeros en darse cuenta de hecho fueron los vecinos de un casa próxima, que rápidament avisaron a los bomberos y policía que aún pudieron rescatar con vida al pequeño Miguel Angel, aunque éste fallecería mientras era trasladado a un centro sanitario. La madre llegó en el momento en que lo bomberos sacaban del inmueble los cuerpos de sus dos hijas, sufriendo un profundo choque nervioso.

La vivienda se encuentra situada en el barrio del Arrabal, en la margen izquierda del Ebro, en la calle de Villacampa, número 13. Es un edificio viejo de dos plantas y en cuyo primer piso vivía la familia Gabarre. El bajo estaba deshabitado. La casa consta de dos habitaciones, cocina y aseo. El fuego se inició en la que ocupaban los niños que es precisamente la más alejada de la puerta de entrada. Se da la circunstancia de que en el número 3 de la misma calle viven los abuelos maternos, que se encontraba en casa y que se apercibieron de suceso también cuando ya era tarde. El matrimonio Gabarre pertenece a lo que se conoce como gitanos integrados.