Cesar Cimadevilla, confirmado en la vicepresidencia segunda de la Diputación
La comisión ejecutiva regional de la Federación Socialista Madrileña decidió, en la reunión que celebró en la tarde del pasado viernes, confirmar en su cargo de vicepresidente segundo de la Diputación Provincial al diputado César Cimadevilla, que venía ocupándolo desde abril de 1979. César Cimadevilla había presentado formalmente la dimisión ante el máximo organismo directivo de su partido, con el fin, aparentemente, de dejar las manos libres al nuevo presidente provincial, José María Rodríguez Colorado, quien sustituyó a Carlos Revilla al frente de la Diputación.«Tuve la impresión de que yo podría ser un escollo para la reestructuración que Rodríguez Colorado quería hacer en la Diputación y por eso presenté mi dimisión», declaró ayer a EL PAIS César Cimadevilla. Según explicó él mismo, la propuesta de su sustitución fue incluida por el nuevo presidente en su proyecto de reestructuración de la Corporación provincial.
Sin embargo, la ejecutiva regional no aceptó la propuesta de sustitución del señor Cimadevilla, aunque sí hizo suyo el proyecto de reestructuración presentado por José María Rodríguez Colorado. En virtud de tal decisión, el diputado continúa en su puesto de vicepresidente segundo y al frente de los temas urbanísticos de la provincia.
Al ser preguntado por un redactor de este periódico sobre si él quería realmente abandonar la Diputación y, por consiguiente, la decisión de la ejecutiva le hace permanecer en un puesto que no desea, César Cimadevilla respondió que «yo siempre he sido un hombre muy disciplinado dentro del partido y, contando además ahora con el apoyo de la ejecutiva, no pienso abandonar la Corporación».
La crisis de Carlos Revilla
«La impresión que tuve de ser un escollo para la reestructuración de la Diputación no fue falsa. Algunos sectores dentro de la Corporación, los más afectos al anterior presidente, consideraron que yo era responsable de su caída», añadió.César Cimadevilla fue, junto con los diputados, también socialistas, José Borrel y María Gómez de Mendoza, de los que más se significaron en la oposición a Carlos Revilla, cuando éste ocupaba todavía la persidencia de la Corporación provincial.
