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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La verdad de los protésicos dentales

La sociedad española se encamina definitivamente hacia una socielad democrática, europea, justa y ordenada. Con este planteamiento de base como premisa fundamenal para nuestra argumentación, queremos partir los protésicos dentales.En España, la asistencia dental está monopolizada por los dentistas. Una orden de 6 de abril de 1918 les concedía la exclusividad del ejercicio profesional en todos sus aspectos. Al hilo de los datos históricos, una orden de 13 de febrero de 1950, que aprobaba el reglamento del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos, en sus artículos 63 y 119, señala que los colegiados están obligados a dirigir todas las operaciones de laboratorio. Pero, actualmente, la realidad es otra. El dentista sólo se imita a proporcionar al protésico unos registros bucales, sobre los que éste construye la prótesis adecuada, con plena iniciativa, responsabilidad y eficacia.

Se han puesto en marcha gran cantidad de laboratorios, adecuados a la tecnología imperante, capacitándose muchos profesionales protésicos dentales con una sólida formación científica. Con independencia de la clase odontológica, la profesión protésica, por tanto, existe de hecho.

Actualmente, aunque no disponemos de datos oficiales, existen en España unos 10.000 protésicos dentales, totalmente legalizados, curiosa y extrañamente, sólo en lo que respecta a obligaciones fiscales, contribuciones y seguridad social. Así pues, los profesionales protésicos dentales, consolidados ya como cuerpo social y profesional imprescindible en el campo dental, carecen de una normativa que les permita realizar su trabajo en condiciones razonables. Debido a la injusticia y marginación existente, el movimiento reivindicativo de los protésicos dentales españoles es, hoy día, una realidad.

Movimiento reivindicativo

Este movimiento no implica una defensa egoísta y elitista de sus privilegios, sino que, básicamente, tiene como objetivos primordiales ser útiles como colectivo profesional a la transformación moderna y eficaz de la salud dental que tanto necesita nuestro país.

El protésico es pieza fundamental en todo el proceso de asistencia dental, y, hoy por hoy, en nuestro país el ciento por ciento de las dentaduras que se confeccionan (en sus distintos tipos y especialidades de prótesis) pasan por las manos de los protésicos dentales, con plena solvencia y responsabilidad en su realización. En España, para una población aproximada de 38 millones de habitantes, existen 3.850 dentistas, es decir, que nos corresponde a cada español un dentista por cada 9.500 habitantes, y una asistencia dental por año de diez minutos per cápita. Si tenemos en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como cifra óptima la de un dentista por cada 1.500 habitantes, y que en la Comunidad Europea la media es de uno por cada 2.500, para igualarnos a Europa necesitaríamos actualmente pasar de 3.850 dentistas a 15.200. En Estados Unidos, de otro lado, se establece la relación en uno por cada 1. 900 habitantes.

Los protésicos dentales que trabajan actualmente en España son aproximadamente unos 10.000. La relación existente, por tanto, es de un dentista por cada 2,5 protésicos. En Alemania, comparativamente, es de un protésico por tres dentistas. Una reciente estadística mundial fija la relación de 623.000 dentistas por 235.000 protésicos.

Este desequilibrio, y la falta de proporción entre odontólogos y protésicos, viene produciendo situaciones anómalas y difíciles para éstos últimos, que abocan a un colonialisrno profesional y económico, en algunos casos exasperante. La fuerte demanda de una sociedad desasistida es la consecuencia lógica de que una parte muy considerable de protésicos dentales coloquen dentaduras directamente al público. Esta es una realidad que cualquier encuesta a nivel de calle pondría en evidencia.

De otra parte, en la actualidad existe una orden del Ministerio de Educación y Ciencia, de 8 de septiembre de 1978, por la que se crea, entre otras profesiones, la de técnico especialista protésico dental Pero la ordenación legal del desarrollo legislativo desde esa fecha está congelada. El Ministerio de Sanidad, a pesar de los esfuerzos realizados por los representantes de los protésicos dentales, no ha profundizado en la necesaria ordenación de un sector de la sanidad tan vital para la salud pública de la población española como es el de la asistencia dental.

La Federación Nacional de Protésicos Dentales, en donde se aglutinan la casi totalidad de los profesionales españoles del ramó, decidió plantear el tema en el Congreso de los Diputados. A través del Grupo Socialista del Congreso se presentó una proposición de ley en noviembre de 1979, en la que se exponía la siluación y se planteaban las reivindicaciones que, a su juicio, resolverían los problemas más acuciantes de este sector profesional. Del mismo modo, se solicitó la creación del Colegio Profesional y la homologación de los actuales protésicos dentales, así como el reconocimiento claro y conciso de la profesión, que estructura y regula las competencias para el ejercicio de la actividad.

La proposición de ley se debatió el 27 de febrero de 1980, y fue rechazada en el Congreso de los Diputados, sin prácticamente argumentos sólidos y coherentes. Entonces se negó la realidad legal de la existencia de dos promociones de titulados protésicos dentales, dentro de la formación profesional de segundo grado, enseñanza especializada, rama sanitaria, y de la tercera a punto de salir de las aulas y laboratorios. Asimismo, se arguyó que los protésicos dentales pretendían convertirse en dentistas, y salir del ámbito del laboratorio para asumir el cuidado de la salud dental de los españoles. Pero es imprescindible reconocer que, por razones obvias, los protésicos dentales no pretenden equipararse con los titulados en una especialidad médica como es la Estomatología, de alto nivel académico. Pero está claro que sí quieren formar parte con personalidad propia y complementariamente, del equipo profesional que atiende la asistencia dental de todos los españoles.

Evidentemente, la solución de este problema no está en decir no a proposiciones de ley. Es necesario desbloquear las iniciativas negociadoras que conduzcan, mediante el diálogo, a una clasificación de los estamentos profesionales implicados en el área dental, con participación directa de cada sector.

Por otra parte, no podemos cerrar estas consideraciones sin llamar la atención sobre el compromiso adquirido por los protésicos dentales españoles, al asumir la organización del XI Congreso Latinoamericano de Protésicos Dentales, el II Congreso Mundial de la Confederación de Técnicos Dentales y el IV Congreso Nacional de la Federación Nacional de Protésicos Dentales, a celebrar en Barcelona del 10 al 15 de abril de 1981 y presididos por SS. MM. los Reyes de España, donde tienen anunciada su asistencia gran número de colegas de todo el mundo.

Reconocimiento profesional

Para clarificar la actual situación reivindicativa de los protésicos dentales, concretamos las siguientes propuestas, que consideramos básicas en su planteamiento, y que, a su vez, serían la base mínima de trabajo.

1. Creación urgente y necesaria de un registro en el Ministerio de Sanidad de todos los profesionales protésicos dentales en ejercicio, mediante la presentación de las listas a través de la Federación Nacional de Protésicos Dentales. La medida sería muy beneficiosa, pues concretaría el número real de protésicos existentes en nuestro país y se pondría freno a la creación e instalación de nuevos laboratorios, implantados actualmente sin ningún tipo de control -con los perjuicios que esto ocasiona-, o bien la creación de un colegio profesional con la estructura legal correspondiente.

2. Mantener los niveles académicos actualmente establecidos para la profesión; es decir, el de formación profesional de segundo grado, pues consideramos apropiado el actual nivel académico, así como la actividad que un protésico dental desarrolla en la actualidad.

3. Las atribuciones que determina su actividad profesional deben quedar claras y precisas, y al nivel que corresponda con su altura académica, técnica y científica.

A causa de los matices y peculiaridades de las atribuciones, la exactitud de la inserción profesional pasaría por un detallado estudio de las prácticas y trabajos actuales que realiza el protésico dental, para concretarlo en el marco de sus atribuciones.

4. La homologación y reconocimiento profesional de todos los protésicos dentales que existan para que, por una vez y excepcionalmente, se les equipare a los niveles en que se estructura la profesión. La homologación es obvia, ya que sería el único camino que resolvería definitivamente el problema, que, por supuesto, no ha sido causado por los protésicos dentales. Por último, sería conveniente establecer unas pruebas de reciclaje, con lo que solventaríamos la cuestión de forma digna y legitimaríamos, igualmente, una situación que dura generaciones, abriendo un futuro serio, disciplinado y progresista.

Juan Badal Marches presidente de la Federación Nacional de Protésicos Dentales y del Consejo Ejecutivo de la Confederación Mundial de Técnicos Dentales.

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