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Si John Lennon

no hubiera sido tan popular, su coche, un Bentley S-1 de 1959, comprado por el entonces beatle en 1966, no soñaría siquiera con alcanzar los 100.000 dólares, ocho millones de pesetas, que se espera alcance en la subasta en que será rematado entre seiscientos automóviles de colección. Por lo menos eso ha declarado Tom Molina, portavoz de la casa Tom Barret Jackson, que ha organizado la subasta de autos especialísimos para los días 9, 10 y 11 de enero, en Scottsdale, Arizona (Estados Unidos).

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