16 muertos por una explosión en un hotel de Nairobi
Un centenar de jóvenes soldados del Ejército de Kenia despejaban ayer por la tarde los restos calcinados del lujoso hotel Norfolk, de Nairobi, donde perecieron dieciséis personas y resultaron heridas otras 85 durante la cena de Nochevieja a consecuencia de una explosión muy probablemente de origen criminal, que provocó un importante incendio. Policías con perros obligaron a una muchedumbre de curiosos a mantenerse a distancia, mientras una grúa removía los escombros en un último intento, por descubrir algún cadáver.Entre los muertos figuran al menos dos niños de nacionalidad británica y un adulto francés, informan fuentes diplomáticas. Por otra parte, varias decenas de heridos permanecen aún en los hospitales de Nairobi.
Un centenar de clientes, en su mayoría extranjeros, empezaban a cenar, el 31 de diciembre por la noche, cuando una violenta explosión derribó un muro del restaurante, provocando el hundimiento del techo y lanzando una lluvia de cascotes. Los vehículos y taxis estacionados ante el hotel fueron también dañados.
El restaurante del Norfolk, auténtico orgullo de la hostelería de Kenia, construido por los ingleses en 1904, ardió inmediatamente después de la explosión. Los bomberos acudieron rápidamente al lugar del siniestro, aunque con medios muy insuficientes para sofocar el incendio. Sólo con la llegada, hora y media después, de una brigada de bomberos procedentes del aeropuerto, se consiguió dominar las llamas.
El Gobierno de Nairobi se declaró «estupefacto» por el siniestro, e, inmediatamente, el presidente, Daniel Arap Moi, envió su pésame.
Varias personalidades confirmaron implícitamente que la explosión era de origen criminal. El ministro de Estado de la Presidencia, encargado de la seguridad interna, declaró que haría todo lo que estaba a su alcance para «capturar a los culpables», mientras otro ministro calificó la explosión de acto «insensato, despiadado, sádico y criminal». Oficialmente, las autoridades de Nairobi no han reconocido todavía que se trate de un atentado.
La familia Block, propietaria del hotel, es de origen judío, por lo que algunos observadores creen que puede tratarse de un atentado de inspiración árabe.
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