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Las primeras subidas del crudo colocan el precio medio del barril importado por España en más de 36 dólares

El precio medio del barril importado por España puede pasar de 33 a 36 dólares en la primera mitad de 1981, a la luz de los incrementos de los precios anunciados esta semana por los principales países exportadores, en cumplimiento de las decisiones de la conferencia de la OPEP en Bali el pasado día 17. Aunque tan sólo Kuwait y Venezuela, dentro del consorcio, han anunciado sus nuevos precios, todo indica que las subidas van a ser mucho más espectaculares que las primeras reacciones posteriores a la reunión de Indonesia daban a entender.

De superar esa barrera de los 36 dólares por barril, la factura petrolera española se incrementaría, en los primeros seis meses de 1981, en más de mil millones de dólares, hasta un total de, por lo menos, 13.500 millones en todo el año. Como es de esperar, una nueva subida para la segunda mitad del año, cuyo alcance es imposible determinar en estos momentos, es previsible que nuestra factura global para 1981 supere los 15.000 millones, es decir, más de un 20% que lo que se pagó en el año en curso. En pesetas, este encarecimiento de nuestra factura puede llegar a los 200.000 millones de pesetas para todo el año.Los primeros incrementos de precios del crudo, con efectividad al 1 de enero, han corrido a cargo de Venezuela y Kuwait, dos países relativamente importantes en el suministro de crudo a España. Arabia Saudí, por su lado, ya ha anunciado una subida a 32 dólares por barril, con efectividad retroactiva al 1 de noviembre, lo que hace suponer que el reino saudí, principal suministrador de España y primer productor mundial de crudo, también puede incrementarlo en la primera mitad del año próximo, aunque el anuncio se retrase, como es habitual, a la próxima reunión de la OPEP, prevista para el 25 de mayo en Ginebra.

Los aumentos anunciados por Venezuela y Kuwait son, en el primer caso, superiores a los tres dólares que se esperaban. El Gobierno de Caracas, al regreso de su ministro Humberto Calderón Berti de Bali, anunció que el crudo venezolano, de calidad standar 34 API, equivalente al arabian fight, se situará en torno a los 37 dólares por barril. Lo que esto significa es que Venezuela ha decidido superar los 36 dólares base que la OPEP había determinado en Indonesia como indicador del precio del crudo de referencia.

Por su lado, Kuwait también ha anunciado una subida de tres dólares por barril. Este incremento coloca el precio del crudo kuwaití, de inferior calidad (31 API) al saudí, en torno a los 35 dólares, lo que abre la puerta a que el resto de países del golfo que tienen petróleo de superior calidad (casos de Qatar, 40 grados API, y Emiratos, 39 API) pasarán de los 35 y muy posiblemente se situarán en torno a los 37 dólares, ya establecido por Venezuela.

Otro país que ha anunciado una subida en sus precios, aunque no esté englobado en la OPEP, es México, que se está convirtiendo en un importante suministrador de crudos a España. El Gobierno mexicano, a través de la compañía Pemex, ha establecido un aumento de entre 3,50 y 5 dólares por barril, según la calidad de su crudo. Tras esta subida, el precio del crudo mexicano de mayor calidad se sitúa en torno a las 38,50 dólares, a nivel mucho más elevado de lo que muchos expertos esperaban.

Tras estos anuncios es un interrogante abierto saber qué harán los productores norteafricanos, cuyo crudo es de máxima calidad. Expertos neoyorquinos estiman que lo elevarán al máximo, independientemente de la situación del mercado, para luego aplicar opcionalmente las clásicas primas que siempre han acompañado a las entregas. Este techo máximo es de 41 dólares por barril y con las primas podría alcanzar hasta 44 dólares.

A este respecto, Argelia ha dado a entender, en negociaciones privadas con los clientes extranjeros, que el precio oficial de su crudo será de 41 dólares. Este precio contrasta con las declaraciones de Nabi, ministro de Petróleo de Argelia, que en Bali daba a entender que este techo sólo se alcanzaría si las condiciones del mercado lo aconsejaban.

Adversas condiciones del mercado

Sobre las condiciones del mercado, los expertos estiman que la primera mitad del año, al menos durante los tres meses iniciales, van a estar dominadas por la continuación de la guerra irano-iraquí. Un fin inmediato de la guerra aliviaría el mercado tan sólo en marzo, ya que los países en guerra tardarían por lo menos mes y medio en restablecer su capacidad exportadora. Si este fin del conflicto se retrasa, como parece evidente, las condiciones del mercado para los consumidores continuarían en iguales circunstancias. Por esta razón parece pensar que los productores de crudo tratan de aprovechar al máximo la situación bélica en el golfo para imponer unos precios que les son altamente favorables.

Otro interrogante en la situación del mercado es el esperado anuncio de la subida del precio del crudo del mar del Norte. Este petróleo es de máxima calidad y su nivel de precio es similar al procedente de Nigeria o Libia. Es muy posible que ambos países estén esperando al anuncio británico o incluso que las compañías petroleras que actúan en el mar del Norte estén esperando el primer movimiento por parte. de estos dos miembros de la OPEP.

En cualquier caso, es posible dar por seguro un precio máximo en torno a los 41-43 dólares para este crudo de calidad superior, lo que inevitablemente reforzará las previsiones sobre un precio de crudo mucho más elevado de lo que la «moderación» de Bali hacía esperar.

Pocas esperanzas

En estas circunstancias, España sólo tiene esperanzas de que un tercio de su crudo se sitúe en los 32 dólares por barril (dado su garantizado suministro saudí), mientras que el resto supere ampliamente los 36 dólares. Si así sucede, y los anuncios kuwaitíes y venezolanos parecen confirmarlo, el precio medio del barril importado por España superará los 36 dólares, y quizá llegue a 38 dólares durante la primera mitad de 1981.

Para equilibrar este precio, sin embargo, las autoridades españolas podrían recurrir a una manipulación de las existencias, política que parece ser aconsejada por la propia OPEP y la Agencia Internacional de Energía (AIE). Reduciendo las existencias de crudo y productos refinados, que se sitúan en torno a los 69 días, con excepción de la reserva estratégica de Campsa, se podría evitar, conjuntamente con el resto de los países industrializados, unas subidas desproporcionadas de los precios en origen. Esta política, sin embargo,- no tiene muchas simpatías en algunos países, especialmente en Estados Unidos y Japón, lo que daría a entender que su éxito no parece asegurado.

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