Cuba consolida su vinculación política y económica con el bloque socialista
La vinculación de Cuba al campo socialista prosoviético, tanto a nivel económico como en la política exterior, ha quedado ratificada en el II Congreso del Partido Comunista cubano (PCC), celebrado en La Habana entre el 17 y el 20 de diciembre, en opinión de los observadores.
En el campo de la política internacional, el informe de Fidel Castro, aprobado por unanimidad, ha puesto de relieve la identidad de puntos de vista con la Unión Soviética sobre Polonia y Afganistán. Esta reafirmación, que supone una muestra de realismo cubano ante la evidencia de que su suerte depende de la Unión Soviética, significa también un toque de atención a Moscú -con vistas a la hora de pasar la factura- de que «Cuba constituye un destacamento pequeño, pero seguro», del mundo socialista.
El paralelismo de puntos de vista entre Moscú y La Habana se prolonga en el plano interno en la adopción de un modelo económico muy similar al que existe en la URSS. En Las perspectivas para el año 2000, Fidel Castro se ha pronunciado por, «la profundización de la integración económica, científica y técnica en el seno del Comecon (consejo de ayuda mutua del bloque socialista) y especialmente con la Unión Soviética».
Para asegurar el crecimiento económico del 5% durante el próximo quinquenio, Fidel Castro, reelegido como primer secretario del PCC, considera necesario poner el acento, al igual que en el modelo soviético, en la rentabilidad de las empresas, que en Cuba serán dotadas en adelante de una autonomía contable, con el fin de obtener beneficios, que se utilizarán para primar a los mejores trabajadores y alentar la productividad.
Simultáneamente, los dirigentes cubanos se apoyarán en una reforma salarial, en vías de realización, para permitir la desaparición paulatina del racionamiento.
