Calma en el homenaje a los obreros polacos muertos en 1970
Centenares de miles de polacos, en un ambiente de calma absoluta, se dieron cita en la ciudad portuaria de Gdansk, para inaugurar el monumento a los 45 obreros, según cifras oficiales, víctimas de la represión por las fuerzas de seguridad polacas en 1970.El jefe del Estado, Henryk Jablonski, asistió a la ceremonia por invitación del sindicato independiente. Solidaridad, cuyo presidente, Lech Walesa, encendió la llama en recuerdo de los obreros muertos.
Fuerzas del Ejército y la Marina participaron también en el homenaje a las víctimas, cuyo recuerdo queda simbolizado por tres gran des cruces de 42 metros de altura levantadas en la entrada del astillero Lenin, donde fueron tiroteados los obreros el 16 del diciembre de 1970.
La presencia de representantes del POUP (partido comunista) en la ceremonia se interpreta como un síntoma más de distensión entre las autoridades y los sindicalistas libres. El Papa se unió a la conmemoración enviando sendos telegramas a los obispos de Gdainsk y Szczecin.
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