Grave revés para la política francesa en Chad

La victoria de las tropas del presidente Gukuni en Chad, gracias a los importantes refuerzos proporcionados a éste por Libia, se interpreta en París como un verdadero revés para Francia y su política africana. A pesar del triunfo aplastante de Gukuni sobre las fuerzas de su rival, el ex primer ministro Hissen Habré, no se descarta un reanudamiento de las hostilidades. El mismo Habré anunció ayer en la capital de Camerún, Yaundé, donde firmó el acuerdo de alto el fuego en el Chad, que «el combate continuará» y que «la resistencia a la invasión libia proseguirá con nuevos métodos».

Francia había anunciado la semana pasada que estaba dispuesta a intervenir en Chad si los «elementos extranjeros» continuaban apoyando a uno de los dos beligerantes, es decir, a Gukuni, que el domingo último pudo acabar con la resistencia de las tropas de Hissen Habré gracias a los 5.000 soldados y al material pesado libios, que lo apoyó. En otras ocasiones, París ha sido ferozmente criticado por sus incursiones bélicas en Chad y en otros países africanos, y ahora lo es también por haberse mostrado indeciso y por no haber calculado con precisión la evolución de la guerra. Oficialmente no se comenta «la victoria libia», pero algunos expertos dejan entender que «una intervención francesa en Chad le hubiese venido de perilla a la URSS para hacer lo mismo en Polonia».

El resultado, en todo caso, a primera vista se muestra lamentable para Francia y para su política de influencia en esta región africana. Por el contrario, el coronel Gadafi, al acecho de cualquier traspiés de París para hacer realidad su sueño «imperialista» ha ganado una baza.