Garaikoetxea, satisfecho de la aceleración del proceso negociador por la visita del presidente a Euskadi

La aceleración del proceso negociador -en el sentido de quemar etapas que hubieran podido alargarse eternamente- y el compromiso de concretar una agenda de reuniones liara 1981, a fin de proseguir con el desarrollo del Estatuto de Autonomía, son los elementos principales de congratulación del presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, tras la visita del presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, a Euskadi.

No obstante, el lendakari, tras considerar -en el curso de una conferencia de Prensa celebrada ayer en Vitoria- que la complejidad de los temas tratados imposibilitaba fijar acuerdos en tres días, reconocía el sentimiento de «decepción» entre la población vasca ante el lento avance de las negociaciones.El leadakari, que en todo momento intentaba dar una imagen, si no de optimismo, de esperanza ante la inminencia de próximos acuerdos, calificó el viaje del presidente Suárez de «útil», a pesar de que «estos temas se podían haber tratado hace muchos meses y es incomprensible que aparezcan planteamientos de nuevo cuño hechos por la propia Administración central en unas jornadas que se suponía iban a ser resolutorias».

En relación con la negociación del concierto económico, Carlos Garaikoetxea celebró la interpretación «decidida y optimista» que había dado públicamente el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez. «El tema espinoso se centra en la fijación del cupo, donde las diferencias; hoy son de algunos millones de pesetas según el presidente Suárez y de decenas de miles de millones de pesetas en nuestra opinión».

La concreción de funciones específicas para la policía autónoma, contempladas en el artículo 17 del Estatuto de Guernica, y la exclusividad en el desarrollo de esas funciones, explicaba Garaikoetxea, son todavía los principales caballos de batalla. «Ha habido aproximaciones, pero queremos que lo que se escriba en el texto definitivo quede de una forma muy concreta: que no haya ninguna ambigüedad en la redacción. No obstante, el lendakari -que abundó en la complejidad técnica y política de las negociaciones en materia de conciertos- reconoció que el tema de la policía autónoma podía haber quedado resuelto en el curso del viaje. «Todavía existen diferencias de criterio entre el señor Suárez, el señor Martín Villa y nosotros mismos, y se mantuvieron durante todo el viaje hasta el último momento de nuestra despedida». Sin embargo, el presidente del Gobierno vasco hacía especial hincapié en la necesidad de resolver el contencioso en un brevísimo plazo. «Debe ser resuelto en el curso, casi, de los próximos días, porque, de lo contrario, puede ser un tema que se pudra. Si esto fuera así, el Gobierno vasco tendría que estudiar otras actitudes».

"Aquí no hay más que un Gobierno"

En relación a la actitud de protesta de los ayuntamientos -en donde el PNV es la principal fuerza política- mientras el Gobierno vasco negociaba con los representantes de la Administración central durante la estancia de Adolfo Suarez en el País Vasco, el lendakari precisó: «No creo que pueda considerarse una incoherencia que mientras el Gobierno vasco está tratando con la cortesía con que en todo el mundo civilizado se trata la visita de un presidente de Gobierno (hasta en países que puedan estar en guerra, cuando se reúnen sus representantes, existe la más elemental cortesía), por otro lado haya reacciones de tipo popular, ya que cada cual tiene sus campos de actuación perfectamente delimitados. Aquí no hay más que un Gobierno, y ése es el Gobierno vasco. Por tanto, sus actuaciones no están mediatizadas absolutamente por nadie, ya que éste es uno de los pocos casos en los que un Gobierno y su presidente están relevados de toda disciplina de partido».En este sentido, Carlos Garalkoetxea justificó la decepción detectada entre la población vasca: «Se han percibido signos de decepción. Sería tonto ignorarlo. Eso no es culpa nuestra. Cuando hay sesiones intensivas días antes de que se produzca el viaje del presidente Suárez, es lógico que surjan expectativas, y resulta inevitable que nuestro pueblo no se contente con la versión de que es una visita oficial, alejada de todo aspecto negociador».

La celebración de un referéndum entre la población vasca acerca de la paralización -o no- de la central nuclear de Lemóniz fue uno de los temas de discrepancia entre Adolfo Suárez y Carlos Garaikoetxea. «Le dije al presidente Suárez», señaló el lendakari, «que vamos a mantener el compromiso ante nuestro pueblo de plantear una consulta popular».

A pesar de que el tema de Navarra no figuró en la agenda de negociaciones entre la Administración central y el Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea calificó de «actitud no razonable» la adoptada por la Diputación Foral de Navarra ante la posible petición -mediante recurso dirigido al Tribunal Constitucional- de retirada del escudo de Navarra del emblema oficial del Gobierno vasco.

El presidente del Gobierno vasco insistió, por último, en la diferencia ideológica entre los interlocutores vascos y los representantes de la Administración central, a fin de señalar una dificultad «de fondo» en las negociaciones. «Se están poniendo de manifiesto dos concepciones diferentes de autogobierno. Nosotros, como nacionalistas, es evidente que tenemos una concepción más profunda que la de nuestros interlocutores. Y ahí está la dificultad. Hay una confrontación de ideologías, no cabe la menor duda. Y nosotros seguimos siendo abertzales, nacionalistas, con todo lo que esa palabra conlleva, y necesariamente tenemos dificultades con quienes no son nacionalistas. Lo difícil es el compromiso, y tenemos que lograrlo».