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Alemania y la distensión

(...) La Ospolitik, inaugurada hace una decena de años por el canciller Willy Brandt cuando la coalición socialista-liberal accedió al poder, desarrolla sus consecuencias normales y previsibles. La República Federal de Alemania aceptó las consecuencias de la última guerra, las nuevas fronteras germano-polacas, la línea de demarcación en el interior del territorio del Reich desaparecido, el Muro de Berlín.La República de Bonn se apoyó sin reservas sobre Estados Unidos hasta el desarrollo de la Ospolitik. No sucede hoy lo mismo. Preocupada de salvaguardar los beneficios de esta política aprobada por la opinión pública, el canciller Schmidt quiere evitar, a todo precio, una nueva tensión con Moscú, y con el fin de preservar la alianza americana se pliega a ciertas exigencias de Washington (los alemanes del oeste no participaron en los Juegos Olímpicos). ( ... )

La izquierda del Partido Socialdemócrata alemán, alrededor de un tercio del grupo socialista en el Parlamento, se inclina hacia la neutralidad, con la perspectiva vaga de una reunificación alemana en el cuadro de una Europa oriental socialista, amiga de la Unión Soviética, pero no dependiente de ella. El canciller mismo no suscribe las tesis de su izquierda, pero las tiene en cuenta.

El canciller Schmidt prefería, pese a todo, la reelección de Carter: Ronald Reagan, si acelera el rearme de Estados Unidos, le priva de algunas de las justificaciones sobre la teoría de la distensión cueste lo que cueste.

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2 de diciembre

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