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"FIamenco", un programa de calidad

Se emite esta noche por la segunda cadena (22.50 horas) el programa número dos del total de veintiuno que componen la nueva etapa del espacio Flamenco. Bajo el título «Poesía y flamenco», la bailaora Milagros -retirada del espectáculo durante los dos últimos años- interpretará tarantos, bulerías y soleares, acompañada por José Cortés (quien recita versos de García Lorca), por Manolo Santiago y Juan Jiménez (guitarristas), por Enrique el Extremeño y Soto de Jerez (cantaores) y por el bailaor Faraón.La realización en estudios de un espectáculo de flamenco -hay quien añade que Televisión Española debería contemplar la posibilidad de grabar las actuaciones en vivo y en sus escenarios naturales- plantea una serie de problemas técnicos, por ser un género próximo al de las retransmisiones, y estéticos y lingüísticos, porque se trata de comunicar al espectador una experiencia artística de naturaleza y lenguaje muy distintos al vehículo que la registra y transmite, la televisión.

Este programa es fruto del trabajo colectivo de un equipo, en el que destacan la labor de los técnicos de iluminación y sonido, Fernández Leiva y Rituerto, del programador Pablo Rodríguez (responsable de toda la organización del espacio), del presentador Fernando Quiñones, esta vez comedido en sus discursos, y del director-realizador Fernando García Tola. El equipo grabó en 45 días los veintiún programas, después de arduas jornadas de ensayo, embebidos de las actuaciones, sin play-back, porque el flamenco no lo admite, en directo, con interrupciones para dar paso al «cambio de palo» y con un presupuesto extremadamente modesto, probablemente inferior al medio millón de pesetas por programa. La serie, sin embargo, al emitirse por el segundo canal, no llegará a gran parte de su audiencia más genuina y natural, la andaluza, que la mayoritaria perderá a causa de la despiadada y ridícula competitividad de los Grandes relatos.

Fernando GarcíaTola, vallisoletano de 39 años, trabaja en Televisión Española desde 1966. Las obras que más le satisfacen de su larga trayectoria son Flamenco y el especial con Nacha Guevara. Dirigió también Dos por dos, la serie Lo de Tip y Coll, la infantil Lecciones de baloncesto y, entre otras, el malogrado Ding-Dong. Escribió durante dos años en el desaparecido semanario Hermano Lobo y montó dos obras de teatro de las que era autor: Alguien debe morir esta noche, estrenada en el Madrileño Reina Victoria (1975),y La marquesa de los huevos de oro, subtitulado «teatro canalla» (un café-teatro surrealista en torno a la suspensión de pagos, montado el año pasado en la discoteca Stefanis). Fernando García Tola explica ahora las funciones del decorado, obra de Mayte Barrera, de la luz, del sonido y de las telecámaras, instrumentos indispensables para la realización del programa.

El decorado, un muro con arcos de gran fondo, huecos a través de los que se proyectan luces -contraluces muy duros-, está pintado de negro. «El decorado es como el envoltorio, como la geografía del programa», afirma García Tola. «Sorprende que esté pintado de negro, porque el blanco parece ser el color andaluz. Pero el flamenco tiene resonancl,as tan de dentro que uno no puede imaginarse que los artistas canten a plena luz del día. Las líneas quieren recordar a la arquitectura rural andaluza y el color quiere sugerir y transmitir las emociones de los distintos estilos de flamenco, porque el flamenco es bueno cuando emociona. Es un color que puede evocar los tiznes mineros, los ladrillos quemados de los hornos, el color de los lagares o la escoria de las fraguas. El decorado es fundamentalmente un tablao, cuya función es realzar a los artistas. Las cámaras están situadas, por regla general, abajo, muchas veces a ras del suelo, como instrumentos arrodillados delante de los artistas. Mi preocupación estética es potenciar el esfuerzo del artista, concentrado a veces en las manos o en el rostro, a veces en los pies o en el conjunto del grupo. Puesto que el hecho artístico ya está producido, el realizador tiene que transmitirlo sin adulterarlo. Yo no hago realización lazaroviana. Mi mérito, por el contrario, estaría en que no se note el trabajo del realizador».

Respecto a la luz, el realizador aclara que utiliza dos fuentes distintas: la luz esteticista, de atrezzo, y que es un elemento más del decorado, y la luz funcional o técnica, la que permite a las cámaras registrar la parte de realidad que se desea reproducir, mediante dos o tres telecámaras, cuando se trata de imágenes de guitarristas, cantaores o ejercicios de palmas, y cuatro cámaras cuando se trata de números de baile. Siempre en directo, «porque yo no me siento con fuerza moral para decirle a un artista que repita porqué me han salido mal dos planos. En esto, el flamenco es como el jazz, lleno de arranques e improvisaciones imposibles de repetir».

Cada fuente sonora -voces humanas, ejercicios de palmas, guitarristas y bailaores- ha sido registrada con un micrófono fijo distinto, exceptuado el micrófono de cañón que sigue todos los movimientos del bailaor o bailaora. «Creo que hemos logrado uno de los mejores sonidos de Televisión Española. Se trata de sonidos muy dispares y difíciles de registrar simultáneamente. Nuestro esfuerzo consiste en grabarlos y reproducirlos armónicamente ecualizados, sin que ninguno distorsione o destruya a los otros».

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