El general Tengjiao relata como se planeo asesinar a Mao Zedong
La televisión china mostró ayer con gran lujo de detalles el fragmento del juicio militar en que el general Jiang Tengjiao reconoció su responsabilidad en los planes del atentado contra Mao Zedong, organizado por el ministro de Defensa, Lin Biao. Paralelamente, el tribunal civil examina las acusaciones contra Chen Boda -que compareció ayer nuevamente ante los jueces-, ex secretario de Mao y uno de los máximos responsables de la revolución cultural en las «calumnias» contra Liu Saho Chí, presidente de la República, y Qeng Xiaoping colaborador directo de éste y actual hombre fuerte del país.
El general Jiang relató la forma en que había recibido la orden de Lin Biao para ponerse a disposición de su hijo, Lin Liguo, y confirmó que entre el 7 y el 11 de septiembre de 1971 se produjeron seis reuniones de los jefes de la «conspiración », a fin de preparar los detalles de las distintas posibilidades existentes para matar a Mao: disparar lanzallamas y lanzagranadas contra el tren en que viajaba por la zona de Shangai, volar uno de los puentes por los que tenían que pasar, bombardear el tren desde un avión, volar un depósito de combustible cerca del lugar donde estaba detenido el tren o aprovechar una audiencia para disparar contra él.De la declaración del general Jiang -nombrado por el grupp, de Lin Biao como «jefe de la primera línea en la zona de Shangai»- se deduce que los distintos planes no fueron juzgades suficientemente acertados, y de ahí los preparativos ulteriores de Lin Biao para huir. No obstante, estas implicaciones directas para Jiang -que te suma así al grupo de ¿cusados que «confiesan sus delitos»-, conviene aclarar, que la acusación planteada por la fiscalía ante el tribunal responsabiliza directamente a Lin Biao y su esposa de la instigación al asesinato de Mao y consiguiente golpe de Estado
El "cerebro" de la "banda"
Hasta ahora, Jian Qin, viuda de Mao, y Zhang Chunquiao, considerado el cerebro de la banda de los cuatro, son los únicos procesados que se resisten a reconocer las acusaciones planteadas por la fiscalía, al mismo tiempo que Chen Boda adopta la táctica de afirmar que no recuerda cómo sucedieron los incidentes o temas planteados ante el tribunal, hasta que aparece una prueba documental sobre el asunto en cuestión, además de «ganar tiempo» con la utilización de su dialecto natal. Esta última circunstancia ha movido al tribunal a introducir una intérprete en las sesiones con Chen Boda.
Pocas sorpresas
La expectación ante el desarrollo del juicio, que continúa siendo alta, no puede considerarse espectacular, ya que las sesiones se desarrollan sin grandes sorpresas y el pueblo chino se ha acostumbrado al sistema de encender el televisor o escuchar la radio para conocer la evolución del juicio. Al parecer distintas entidades u organizaciones populares de Pekín han expresado su deseo de asistir a las sesiones, pero el sistema sigue funcionando de forma similar a los primeros días; es decir, con ochocientos observadores en cada sala. El desarrollo del proceso es lento, y todo hace prever que, salvo sorpresas, continúe a este ritmo varias semanas, más, ya que son muchos los asuntos planteados en el sumario que no han salido todavía en las vistas públicas.
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