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Sajarov pide ser juzgado públicamente en Moscú

El académico disidente Andrei Sajarov denunció el martes el peligro de la «política expansionista de la URSS, de la cual Afganistán es el último ejemplo trágico», y pidió ser juzgado públicamente en Moscú. En una carta dirigida al presidente de la Academia de Ciencias, Anatoli Alexandrov, Sajarov hace una violenta requisitoria contra los métodos del Kremlin tanto en el plano interno -en el que, según él, reinan «la hipocresía y la mentira»- como sobre el plano internacional.Una copia de esta carta fue remitida el martes por la noche a los corresponsales extranjeros por la esposa del disidente, Elena Bonner, que es la única persona que puede visitar a Sajarov en su exilio de Gorki, ya que el piso que habita está bajo la vigilancia de un policía las veinticuatro horas del día.

El disidente pregunta en su mensaje al presidente de la Academia de Ciencias si está dispuesto a hacerse cargo de su defensa y la de los otros científicos represaliados, pedir su vuelta inmediata a Moscú, exigir para él un proceso en regla y defender a su familia de posibles extorsiones.

Considerando que un «desarme real y no demagógico se funda sobre el equilibrio de fuerzas», el físico condena también los intentos de Occidente de imponer su supremacía a la URSS, forzando la «supermilitarización soviética, que consume todos los recursos», y sus «violaciones del equilibrio estratégico en Europa y otras regiones de Africa y Asia».

Quejándose de la falta de respeto por los derechos humanos y afirmando que él no ha violado las leyes de su país ni es un traidor a su patria, Sajarov constata que en la URSS y en Europa del Este «las palabras no concuerdan con los hechos».

En su carta, el académico indica que se encuentra amenazado con cinco años de prisión, y revela que, en función del artículo del Código Penal de cuya infracción está acusado, la condena podría ser de tres, siete o quince años de prisión, e incluso la pena de muerte.

Según Sajarov, es necesario realizar reformas políticas y económicas en la Unión Soviética, pero son los «sectores de la burocracia dominante» los que se oponen a cualquier tipo de cambio. Dentro de estos sectores, el «complejo militar soviético y la KGB (policía política)» están ganando «cada vez más fuerza y pueden llegar a situarse fuera de todo control».

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