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Interrogados tres generales acusados de intentar asesinar a Mao

El tribunal especial interrogó ayer en Pekín a tres generales presuntamente implicados en el «proyecto 571», con el que, al parecer, el ex ministro de la Defensa, Lin Biao, intentó dar un golpe de Estado contra Mao.Según Radio Pekín, los tres mandos militares, Jiang Tengjiao, Huang Yongsheng y Li Zuopeng, han reconocido su participación en la conspiración contra Mao, en 1971, que pretendía eliminar físicamente al mákimo dirigente chino.

A Huang Yongsheng, ex jefe del Estado Mayor del Ejército, se le acusó de haber comunicado a la esposa de Lin Biao que Mao había descubierto el plan de golpe de Estado.

Otro de los acusados, Li Zuopeng, ex comisario político de las Fuerzas Armadas, tuvo que responder de haber informado a Huang sobre las conversaciones de Mao con dirigentes del sur de China en agosto y septiembre de 1971, por las que se deducía que el presidente estaba al corriente del plan «571».

En reIación al mismo tema compareció el jefe de división Jiang Tengjiao, quien al parecer colaboró activamente en la fuga de Lin Biao en septiembre de 1971.

Las versiones oficiales indican que Lin Biao, al conocer que Mao se había enterado de los preparativos de golpe de Estado, escapó en un avión en dirección a la Unión Soviética, en compañía de su esposa y su hijo, Lin Liquo, y otros fieles, pero el aparato «se estrelló» en Mongolia, al norte de China.

Las cámaras de televisión presentaron imágenes de los tres acusados ante el tribunal, pero no se ofrecieron los datos fundamentales del interrogatorio.

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La televisión transmitió ayer también algunas escenas -media hora de las tres que duró la sesiónde la vista del lunes contra Wang Hongwen y Yao Wenyuan, miembros de la banda de los cuatro. Ambos han admitido su participación en una conspiración contra Zhou Enlai -primer ministro hasta su muerte, en 1976- y Deng Xiaoping, cuya finalidad era desacreditarles ante Mao, al mismo tiempo que acusaron a la viuda de este último, Jiang Qing, de haber fabricado el plan. Ambas confesiones se suman a la ya realizada en días pasados por el general Wu Faxien, este último ante el tribunal militar.

De esta forma, los fragmentos del proceso que la televisión y la Prensa presentan tienden a demostrar que la persecución contra dirigentes del partido era responsabilidad principal de Jiang Qing, al mismo tie.npo que las alusiones a Mao procuran situarle por encima de la lucha por el poder y «dudoso» o reticente ante las actividades de su mujer.

Reunión secreta

Los dos miembros de la banda antes citados confirmaron, en declaraciones por separado, que el 17 de noviembre de 1974 se celebró una «reunión secreta» convocada por Jiang Qing en la que se acordó enviar a Wang Hongwen -miembro de la banda, según el fiscal- a visitar a Mao, que pasaba el invierno en el sur del país, para advertirle que Zhou Enlai y Deng Xiaoping celebraban reuniones continuas, en las que se estudiaba la forma de restablecer el cargo de jefe del Estado, abolido desde la revolución cultural. Mao se había opuesto siempre a ello, por temor a que mermara su poder. Al mismo tiempo, se trataba de presionar a Mao para que no nombrase primer viceprimer ministro a Deng Xiaoping.Por lo que se refiere al interrogatorio del otro miembro de la banda, Yao Wenyuan, este último admitió con menos claridad las responsabilidades que se le achacan, si bien aceptó que la reunión secreta celebrada por la mujer de Mao había sido «irregular», y que se hizo al margen de los órganos del partido.

Al margen del relato pormenorizado de los hechos, más o menos admitidos por los acusados, se confirma progresivamente que la audiencia civil está entrando a fondo en los temas relacionados con la lucha por el poder -la audiencia militar también tiene ese fondo, pero ahí se juzgan cuestiones más graves, como es un intento de golpe de Estado- y que algunos acusados están dispuestos a reconocer sus «crímenes» para intentar salvarse.

Exclusivas televisivas

China ha interrumpido, por razones comerciales, las retransmisiones por televisión vía satélite del proceso de la viuda de Mao, Jiang Qing. La televisión china ha vendido por tres millones de pesetas a la cadena norteamericana CBS los derechos exclusivos de retransmisión para América del Norte del conjunto de reportajes sobre Jiang Qing y los otros nueve dirigentes de la Revolución Cultural.

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