La huelga de celo de los bomberos continuará hasta el lunes
Tras casi ocho horas de concentración ininterrumpida en la plaza de la Villa, a las cinco de la tarde, cuatrocientos bomberos uniformados recibieron orden de la Policía Nacional para desalojar el recinto, a la vez que ocho representantes del cuerpo, que se habían encerrado en el salón de Registros del Ayuntamiento, eran sacados del brazo por la Policía Municipal. José Barrionuevo, tercer teniente de alcalde, anunció por la mañana que se estudiaría la imposición de sanciones porque los concentrados estaban usando el uniforme fuera del servicio. Por su parte, los bomberos anunciaron proseguir la huelga de celo hasta el lunes, día en el que celebrarán una nueva asamblea.
La huelga de celo de los bomberos, convocada para ayer, para exigir una serie de reivindicaciones de carácter laboral, fue seguida de forma mayoritaria por los setecientos miembros que forman el cuerpo, aunque, como ya avisaron en su momento, los servicios en la calle se realizaron con toda normalidad. Desde primera hora de la mañana, los bomberos permanecieron en sus agrupaciones, negándose a realizar los ejercicios de gimnasia y de mantenimiento diarios. A las 9.30 horas llegaban a la plaza de la Villa unos cuatrocientos bomberos, vestidos con uniforme y francos de servicio.Pasadas las diez de la mañana fueron recibidos por la subcomisión de Personal, sin que ésta aceptara los puntos planteados por los bomberos: sobreseimiento de los veintiún expedientes abiertos a otros tantos funcionarios, que no se utilicen los traslados como forma de sanción, readmisión de un bombero despedido, devolución de los descuentos sufridos por negarse a lavar los coches, abrir una investigación sobre las anomalías existentes en el servicio y dimisión del director del cuerpo, Jesús de Benito.
Prácticamente ninguno de los puntos fue aceptado por la subcomisión de Personal, aunque se comprometieron a abrir una investigación para determinar la veracidad de las anomalías denunciadas en el cuerpo.
Hacia el mediodía, en el curso de la Comisión Permanente que se celebraba en el Ayuntamiento, el tercer teniente de alcalde y concejal responsable de Seguridad y Policía Municipal, el socialista José Barrionuevo, informó a la Comisión de los motivos del paro de los bomberos.
José María Alvarez del Manzano, portavoz de UCD, pidió que no se negociara bajo presiones de ninguna clase y protestó por haber dejado el problema hasta el final. Emilio García Horcajo, presidente de la Comisión de Personal, intervino para decir que no admitía que se presentaran una serie de exigencias cuando en los primeros contactos sobre la negociación del convenio colectivo municipal los delegados del comité de empresa no han llevado ninguno de los puntos que ahora denuncian los bomberos.
Acto seguido, Barrionuevo afirmó que la concentración que se estaba celebrando fuera iba a concluir, porque los bomberos habían aceptado trasladarse hasta el parque V (Santa María de la Cabeza) para realizar allí una asamblea. Sin embago, las frases gritadas desde la calle por los bomberos (« Benito, dimisión»), desmintieron la información de Barrionuevo,
Concluida la sesión, los concejales García Horcajo y Carlos Sotos, ambos miembros de la Comisión de Personal, salieron a la plaza a hablar con los concentrados, cuando la lluvia empezaba a caer y la presencia de la Policía Nacional se hacía cada vez más masiva. Ambos concejales repitieron la postura defendida por el Ayuntamiento a primera hora de la mañana, por lo que, en medio de grandes silbidos y algunos gritos de «Fascistas» y «Sois igual que los franquistas», retornaron a la Casa de la Villa.
Pasadas las 14.30 horas, después de que los bomberos decidieran en asamblea permanecer en la plaza, desoyendo los consejos del comité de empresa, que les sugería marchar a sus casas Y esperar al lunes, hasta que el propio comité estudiara el tema, a la vista de que dos policías municipales procedían a cerrar las puertas del Ayuntamiento, una avalancha de bomberos consiguió impedir el cierre e introducirse en el salón de Registros. Allí se decidió en asamblea que los representantes del cuerpo se quedaran de huelga permanente mientras que el resto se manifestaba en las proximidades. Ya aquí, el comité de empresa se desligó del tema por considerar que se estaban saliendo «de los marcos establecidos».
Fuera, la Policía Nacional (diez furgonetas) impidió la manifestación y los bomberos tuvieron que optar por mantener la concentración bajo la fuerte lluvia que caía. A las cinco de la tarde, todos fueron desalojados.
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