AIgo macabro
¿Para qué pegarnos defendiendo o condenando el divorcio sin habernos planteado antes si el matrimonio sirve para algo? Mirémoslo así: el divorcio podrá resultar absurdo pero siempre, siempre, un poquito menos que contratar la convivencia de la otra persona mediante acta de casamiento, debidamente legalizada y con las pólizas correspondientes, sólo para evitar las murmuraciones de la vecina del tercero derecha y/o acaso obtener alguna desgravación fiscal de cara a la declaración a Hacienda. Y no hablemos del absurdo de prever el afecto hacia otra persona con tantos años de antelación como la muerte. Visto así, el matrimonio empieza a resultarme un asunto algo macabro.
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