Buena parte de los electores eligió al candidato "menos malo"
«He votado por Carter sólo porque estoy contra Reagan», afirma Valerie Gulisk, una madre de familia de 45 años, después de abandonar la escuela primaria Wilson, en Arlington (Virginia), donde emitió su sufragio a las once de la mañana (cinco de la tarde, hora de Madrid). Todavía permanecerá tres horas más a la puerta de este edificio de una sola planta, de ladrillo rojo, entregando a los votantes, que llegan con cuentagotas, propaganda del Partido Demócrata, con las instrucciones para votar al presidente, al congresista del distrito, a un miembro de la Asamblea del condado y cuatro propuestas de enmiendas a la Constitución del Estado, que tratan sobre el endeudamiento de los ayuntamientos o la exención de impuestos para las viviendas que cambien del petróleo a otros sistemas de calefacción.Pero Valerie Gulisk, que tiene un apartamento en Estepona, no está muy convencida de su apoyo a Carter y no se muestra demasiado insistente con los votantes que llegan a la escuela. En EE UU se puede hacer propaganda electoral hasta el último minuto. «Hubiera votado por Anderson, pero no va a ganar, y quizá hubiera ayudado a Reagan impidiendo la reelección de Carter», explica esta votante demócrata a EL PAÍS. La señora Gulisk no encuentra prácticamente nada positivo en la gestión de Carter, «quizá algo en el campo de la conservación de la energía», y explica que el principal fallo del presidente ha sido su incapacidad de dialogar y negociar con el Congreso para conseguir la aprobación de las leyes. «Espero que haya aprendido algo y lo haga mejor si consigue un segundo mandato», dice.
Contra el rival, y a favor de ninguno
Su opinión refleja un ambiente generalizado en esta campaña: el 37% de los votantes de Carter afirman que simplemente están contra Reagan, y el 43% de los votantes republicanos están más interesados en votar contra el presidente que a favor del gobernador de California, según un sondeo de la revista Time. En ambos casos, el voto es negativo.La señora Gulisk votó también por Carter en 1976, pero con un «sentido más positivo que ahora». «Me asustan las posiciones de Reagan en política internacional ycreo además que no está preparado intelectualmente para el cargo», explica.
Voto mecánico
Continúa lloviendo intensamente en este área próxima a Washington cuando el matrimonio Kaufmann abandona la escuela Wilson. En un par de minutos han hecho su elección apretando unas pequeñas palancas que marcan mecánicamente el voto en un registro de la cabina electoral, un armario metálico de color gris oscuro, que se abrirá cuando se cierre el colegio, a las ocho de la tarde Kaufmann es propietario de un comercio y tanto él como su esposa no pueden ocultar su sufragio: en las solapas de sus gabardinas llevan las insignias azules brillantes del equipo Reagan-Bush. «Nuestro voto», declaran, «ha sido para Reagan. No se puede hacer otra cosa después del desastre económico de Carter. Mire usted los índices de inflación y paro y se explicará por qué hemos votado republicano».A pocos kilómetros de esta zona de población 100% blanca, las cosas cambian por completo. En el cruce de la calle 0 con la tercera, ya en la capital federal, se halla la escuela Bundy, en el corazón del barrio negro de Washington. A pesar del intento de reconstrucción con nuevos bloques de viviendas, esta zona ofrece un paisaje de pobreza y descuido típico de los barrios negros de las ciudades norteamericanas.
«Conozco muy bien, como to os nosotros, cuál es la historia política de Ronald Reagan y sé lo que haría en caso de ser elegido», dice John T. Patrick, un negro jubilado de 74 años, que trata de captar el voto de sus vecinos para los demócratas, a la puerta del colegio. «Mi voto ha sido para Carter, creo que es el mejor candidato. Ha hecho bastantes cosas por nosotros y creo que seguirá haciéndolas».
«Creo que hoy votaremos en masa y este barrio dará su voto a Carter», explica Patrick. Después de esperar media hora no pudimos conseguir ante la escuela Bundy el testimonio de un negro que hubiera votado por Reagan. Es posible que el candidato republicano logre un porcentaje muy pequeño del voto de color, pero a pesar de que tiene el apoyo de Ralph Abernathy, que fue uno de los más próximos colaboradores de Martin Luther King, Carter conseguirá la inmensa mayoría del voto negro.
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