Existen farsantes en la masonería española, según Ferrer Benimeli
Para José Antonio Ferrer Benimeli, jesuita y primer especialista en la materia, hoy en día hay varias clases de masones en España. En el resurgir de la masonería en este país, no todos los que ayer fueron perseguidos por esta razón continúan siendo masones honorables.
Existen, en opinión del profesor Benimeli, algunos farsantes en esta nueva época de la masonería española «que quieren vivir a costa de sus sociedades, mercantilizando el ingreso en la misma». La aparición de un libro sobre el tema: Vuelven los masones, del novelista Angel María de Lera, no cuenta con el beneplácito del historiador aragonés, que ha dedicado la mayor parte de su tiempo a su estudio, en libros como La bibliografía de la masonería, La masonería en Aragón y La masonería española contemporánea.Benimeli afirma que la mayor parte de los republicanos eran masones y que el primer decreto de persecución contra esta práctica fue firmado en Santa Cruz de Tenerife por Franco, que no había sido aceptado en la comunidad masona, acusado de falta de humanidad y ambición militar.
El jesuita español Ferrer Benimeli intervino en las Terceras Jornadas de Estudio Canarias-América, de la Caja de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife, y habló sobre su especialidad, la masonería. Viajó a Canarias, además, para presentar el libro La masonería en La Palma (1875-1936), de Manuel de Paz.
Pero el reciente libro de Angel María de Lera sobre el retorno de los masones es lo que merece ahora la atención y los reparos de Benimeli. «Se trata, a todas luces», dice, «de un montaje publicitario de Lera, a quien hay que elogiar su talento comercial. El libro es un fraude al lector, al pretender tener carácter histórico e ignorar la mayor parte de lo publicado durante los últimos años sobre el tema». Benimeli se lamenta de que Lera copia un libro ya desfasado, editado en 1932, de Eugene / Lenhos.
Este libro cuenta, en su opinión, equivocaciones garrafales. Benimeli cita algunas: «Decir, por ejemplo, que el jesuita Ravago incitó a Fernando VII, en 1824, contra la masonería es un craso error histórico, ya que en realidad lo que había: sido era consejero de Fernando VI, un siglo antes. Por otra parte, insistir en que el conde de Aranda fue masón es otro gran error, después de lo que se ha dicho desmintiéndolo. Y, aún más, afirmar que Carlos II fue el principal defensor de la masonería es prueba del desconocimiento de la materia, al tratarse del único rey de España de quien se conserva toda su correspondencia antimasónica».
En opinión del jesuita español, los masones entrevistados por Lera en su libro no son representativos de la masonería española actual.
Benimeli considera que los diálogos de Angel María de Lera con Ruiz-Giménez, Fraga Iribarne y Tarancón, entre otros, son, junto a la reproducción de una serie de rituales, un recurso más para «engordar con fines., además comerciales, un libro que pretende romper una lanza en favor de la masonería, cosa que no dudo que está hecha con todo cariño, pero que, al mismo tiempo, prescinde de toda una línea de investigación de sobra conocida».
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