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Walesa: "El nuevo movimiento sindical polaco no se dejara intimidar por los carros de combate"

«El nuevo movimiento sindical polaco no se dejará intimidar por los carros de combate», aseguró el pasado lunes en la ciudad minera de Katowice Lech Walesa, en un mitin ante 7.000 obreros. El líder sindical aludía claramente a una eventual intervención armada de los soviéticos y sus aliados.El dirigente obrero polaco aseguró que en ocasiones anteriores hubo amenazas en el sentido de una invasión, pero «esta vez», dijo, «no nos dejaremos pegar».

Walesa realiza una gira por el sur de Polonia que finalizará hoy en Czestochowa, y que tuvo, el pasado lunes, en Jastrebie, momentos de tensión, cuando parte de los 150 delegados de los MKZ (sindicatos independientes adscritos a Solidaridad) integraron un ala radical, contraria a mantener buenas relaciones con las autoridades en tanto éstas no legalicen totalmente la confederación de sindicatos libres.

El líder de Gdansk es partidario de no recurrir a ninguna huelga, ya sea simbólica o general, para presionar la legalización de Solildaridad, opinión que no comparten otros sindicalistas de Jastrebie, donde se instituyó el tercer MKS (comité de huelga), que firmó acuerdos con las autoridades el 3 de septiembre último. Estos se declararon partidarios de presionar con huelgas para el reconocimiento de Solidaridad.

Discrepancias sobre la línea a seguir, más o menos moderada, surgieron incluso en la última fase de la negociación en Gdansk, a finales del pasado mes de agosto. Walesa encabezó siempre la opción del compromiso.

Precisamente fuentes próximas al tribunal de Varsovia que trata la legalización de Solidaridad afirmaron ayer que el sindicato será legal el próximo viernes. En la sede del MK7 de Gdansk se desconocía ayer cualquier noticia al respecto.

Durante la asamblea de Jastrebie, Walesa abandonó la sesión a medida que tomó fuerza la posición de fijar la fecha de una nueva huelga para presionar el reconocimiento de Solidaridad. Con el abandono del líder báltico, los delegados decidieron posponer cualquier decisión hasta el desenlace de las conversaciones que tienen lugar esta semana en Varsovia entre sindicalistas y autoridades, y en Gdansk, sede del Comité de Coordinación de Solidaridad, donde se adoptaría la postura común si las autoridades persisten en mantener en suspenso la legalización. El argumento oficial es que los estatutos del nuevo sindicato independiente no reconoce el papel dirigente del POUP (partido comunista polaco) y la prohibición de que cargos políticos accedan a la dirección de Solidaridad.

Al margen de que Walesa fuera aclamado por millares de personas a su paso por Cracovia, Jastrebie y Katowice, las disensiones sobre la posición moderada o radical ante las reticencias de las autoridades podría suponer un agravamiento no sólo en el clima social polaco, sino en el económico, descrito ayer por un responsable del POUP en Varsovia como «catastrófico». En la propia capital no se encuentra azúcar, falta arroz, mantequilla y aceite. La carne se encuentra raramente y las patatas están racionadas.

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