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Reportaje:

La Administración busca fórmulas para liberalizar los tipos de interés sin encarecer el crédito

El estudio de un posible conjunto de medidas para la reforma del sistema financiero será objeto de próximas reuniones en la sede de la vicepresidencia del Gobierno entre una serie de expertos y altos cargos de la Administración relacionados con el sector, según se informa a EL PAIS en medios solventes. Las medidas objeto de estudio serían, al parecer, las propuestas en estas últimas semanas por el Banco de España, que intenta patrocinar una continuidad en el proceso de liberalización del sistema financiero emprendida hace años y que se encuentra prácticamente interrumpida desde el otoño de 1977.

No obstante, con posterioridad a esa fecha se dio vía libre a la entrada de la banca extranjera en España y se dio una forma más operativa a los mecanismos de ayuda a los bancos en crisis. Sin embargo, el marco institucional de la operativa bancaria sigue mostrando -en opinión de fuentes próximas a la Administración- un elevado grado de rigidez, lo que hace necesario un cambio en el mismo.

Oposición

El punto central de la reforma deseada en estos momentos reside en la liberalización de los tipos de interés. Esta libertad sería solamente parcial. En la actualidad, los tipos de interés para los depósitos bancarios son libres a partir de un año, y a plazos inferiores están sometidos a regulación. La propuesta del Banco de España parece ser la de una libertad por encima de los seis meses, es decir, dejando el tramo comprendido entre los seis y los doce meses en libertad para que las instituciones de crédito y los depositantes del ahorro fijen de mutuo acuerdo el tipo de interés, al igual que sucede en los plazos superiores a un año.Dejar en libertad este tramo supondría -a juicio de la banca- un encarecimiento importante de sus recursos, lo que traería como consecuencia un aumento de los tipos de interés de los créditos, impulsando así al alza todavía más el coste del dinero.

Los temores a que un proceso de liberalización desate una escalada aún mayor en los tipos de interés son, en estos momentos, bastantes generalizados en el sector bancario y compartidos por algunos sectores empresariales.

Compromiso

Como fórmula de compromiso por ambas partes, se ha sugerido en estas últimas semanas la posibilidad de que la liberalización de tipos de interés no se realice en función del plazo a que se colocan los depósitos, sino de las cantidades que deposite cada ahorrador. Este sistema funciona ya en algunos países con sistemas financieros bastante desarrollados, como Estados Unidos y Francia, por citar dos ejemplos. Casi ningún país -se señala en medios bancarios- tiene una libertad total en los tipos de interés a corto plazo. Si una propuesta de este tipo prospera, la libertad de tipos de interés pasivos se realizaría por encima de una cierta cantidad de dinero, independientemente del plazo a que está depositada. Esta cantidad podría ser la misma que se contiene en las disposiciones legales sobre seguro de depósitos bancarios, cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos hasta la cantidad de 750.000 pesetas por ahorrador. Es decir, que por debajo de esta cifra los tipos de interés no serían libres y sí por encima de ella.No obstante, una medida de este tipo presenta, a juicio de expertos del sector, dos inconvenientes. Por una parte, la cifra es bastante baja, ya que en Estados Unidos es de 100.000 dólares (unos siete millones de pesetas), y en Francia, de 100.000 francos (unos 3,5 millones de pesetas). Este inconveniente podría solucionarse mediante un aumento en las cantidades aseguradas, medida que podría formar parte del paquete de medidas en estudio. El otro inconveniente reside en lo que a veces demagógicamente se califica de injusticia comparativa que representaría tal medida para los ahorros de escasa cuantía, ya que el único beneficiado sería el ahorrador de ingresos y rentas altas.

En medios próximos a la Administración se insiste en que la liberalización de tipos de interés es una medida de importancia esencial para mejorar la financiación de la economía española en estos momentos, aunque debería ir acompañada por una cierta libertad en los coeficientes. Un alto funcionario declaraba a EL PAIS recientemente que «con la colaboración de la gran banca se puede hacer la operación sin que los tipos de interés suban».

La práctica

Los mismos medios manifiestan que el encarecimiento del pasivo se está produciendo de hecho desde hace tiempo a consecuencia del trasvase de dinero de las cuentas a la vista hacia las cuentas a plazo, lo que ha provocado unas más elevadas remuneraciones al ahorro. «Estamos llevando a la práctica la liberalización por la vía de los hechos consumados, incumpliendo las disposiciones legales vigentes, y esto es una situación muy mala, que pueden tener consecuencias muy graves para la estabilidad de algunos bancos, porque entre otras cosas obliga a falsear y deformar la contabilidad en algunas ocasiones», manifestó una fuente próxima al banco emisor. Su alusión a las cuentas a plazo, con altos tipos de interés y posibilidad de disponer de liquidez, convirtiendo un depósito a plazo en una cuenta a la vista, es evidente.En realidad, el coste de los activos ya se ha liberalizado, opinan fuentes oficiales. «Lo único que se pretende es cambiar el sistema de fijación de los precios, de forma que las comisiones sean fijas y no libres como ahora, y los tipos de interés sean libres, y no fijos, como sucede en estos momentos. La banca está ingresando casi tanto dinero por comisiones como por tipos de interés, lo que constituye una especie de distorsión del negocio bancario», señaló la misma fuente.

Por otra parte, la responsabilidad del sector público en el elevado coste del dinero es también puesta de relieve por medios del sector privado y en medios próximos a la Administración, ya que el déficit público está empujando al alza los tipos de interés. La posibilidad de emitir deuda a corto plazo es uno de los posibles motores de esta subida, aunque se opina que tal medida no se debería tomar mientras no haya algún tipo de libertad en los depósitos a menos de un año, pues en caso contrario el agravio comparativo entre el sector público y el privado, a favor del primero, sería enorme. Este tipo de emisiones daría la posibilidad a cierto tipo de ahorro de obtener rentabilidades del orden del 13% y superiores, impensables en cuentas bancarias a la vista, ya que el tope mínimo de estos títulos públicos estaría alrededor de un millón de pesetas. Estas emisiones suelen ser tomadas por los grandes inversores del mercado monetario.

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