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La guerra entre Irán e Irak

El presidente Carter busca un encuentro con el primer ministro iraní, Alí Radjai, en Nueva York

Todo un abanico de viajes y declaraciones políticas de primer orden permiten pensar en el desencadenamiento de rápidos acontecimientos importantes en las relaciones entre Irán y Estados Unidos. La llegada a Nueva York, para participar en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del primer ministro iraní, Mohamed Alí Radjui, constituye un elemento «sorpresa» para el presidente norteamericano, Jimmy Carter, que no descarta un encuentro con Radjai. La visita del primer ministro iraní supone el fin de casi doce meses de boicoteo y críticas por parte de Teherán a la ONU. Expresa también el deseo del régimen iraní de salir de su aislamiento internacional.

Por otra parte, destaca la declaración del presidente Jimmy Carter, quien por vez primera desde el comienzo de la guerra entre Irak e Irán, el pasado 22 de septiembre, calificó el conflicto de «agresión iraquí» a Irán. Como tela de fondo están los 52 rehenes norteamericanos detenidos en Irán desde el pasado 4 de noviembre, y ha surgido la posibilidad de una entrevista en Nueva York entre Carter y Radjai.El presidente norteamericano, Jimmy Carter, en su campaña electoral en el Estado de Connecticut dijo que «no hay nada previsto» a propósito de una reúnión al más alto nivel con el dirigente iraní. «Pero deseo reunirme con cualquier responsable iraní para tratar de la liberación de los rehenes».

Las palabras de Carter, repetidas por su consejero de Seguridad, el influyente Zbigniew Brzezinski, de culpar a Irak de la guerra contra Irán, son el mejor ejemplo del deseo de la Casa Blanca de aprovechar la coyuntura creada por la guerra y presionar a Irán para obtener la liberación de los rehenes norteamericanos.

La llegada a Estados Unidos de los 52 cautivos, en plena campaña electoral por la presidencia, supondría el mejor «regalo» que el imán Jomeini podría, conceder a favor de la reelección de Jimmy Carter el 4 de noviembre.

En varias ocasiones, los iraníes no han ocultado sus preferencias por la continuidad de Carter otros cuatro años al frente de la Administración norteamericana, contra la eventual llegada del equipo republicano-conservador que presidiría Ronald Reagan.

Mientras las especulaciones continúan propagándose en los medios diplomáticos y periodísticos de Washington, los portavoces de la Administración Carter procuran calmar el ambiente, ponderando toda una serie de informaciones en tomo a la posible liberación de los rehenes y al apoyo logístico de Estados Unidos al Ejército iraní.

«El informe es falso», dijo Thomas Ross, portavoz del Pentágono desmintiendo la información difundida por una emisora local de televisión de Chicago, que anunció el despegue, para la noche del viernes, de cinco aviones norteamericanos cargados con piezas de recambio para la aviación iraní, de fabricación norteamericana.

Pago de rescate

Ciertos altos funcionarios norteamericanos avanzaron anoche la hipótesis de que, para mantener la imagen de neutralidad de Estados Unidos en el conflicto, podría ser presentada la entrega de material militar «limitado» a Irán como un simple pago de «rescate» por la liberación de los rehenes. Una vez conseguida, cesarían los suministros. Para llevar a cabo esta operación, Washington informaría a Moscú y Bagdad.

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