El cantante Demis Roussos
ha protagonizado un escándalo por llevar demasiado lejos la técnica del play-back. Y por llevarla demasiado mal. Parece que durante una actuación en una sala de fiestas de Buenos Aires colocó una cinta grabada y empezó a gesticular la canción, hasta que se desincronizó la voz y el gesto, y el público le armó una bronca memorable. Después de reflexionar en su camarín, pidió perdón y empezó a cantar de verdad, pero no pudo evitar que un grupo de espectadores le denunciara por fraude.
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