La reconversión industrial no implica defensa a ultranza de los puestos de trabajo
En su última carta de coyuntura, el Círculo de Empresarios afirma que la política de reconversión industrial no puede plantearse como una política de defensa a ultranza de los puestos de trabajo, sino como el camino de fortalecer esquemas productivos económicamente viables.«Si las empresas», añade el informe, «ven limitada su capacidad para ajustar su empleo de factores de producción a las variaciones de la demanda, difícilmente podrán generar el volumen de beneficios necesario para que las haga viables a largo plazo. Puede dudarse que una reconversión sea posible en ausencia de un mínimo grado de movilidad laboral».
También propugna el Círculo eliminar los obstáculos que limitan el papel de los precios como instrumento de asignación de recursos, y suprimir el conjunto de inversiones administrativas que distorsionan el funcionamiento de los mercados. A su juicio, el papel del Gobierno en la reconversión ha de ser como promotor de incentivos de la misma y como supresor de desincentivos.
Tras recordar la dificultad de ver cumplidas de manera inmediata estas aspiraciones, por la tradición intervencionista existente, el Círculo de Empresarios señala unos puntos básicos para conformar el apoyo público a la reconversión. Estos puntos, coincidentes con los dados a conocer por la CEOE tras la declaración del presidente Suárez en el Congreso, y asumidos el lunes pasado por el ministro de Industria en unas declaraciones a Televisión Española, son:
- Utilizar el sector y no la empresa individual como unidad objeto de política de reconversión.
- Establecer prioridades, pues la escasez de recursos no permite ayudas generalizadas.
- Tratar simétricamente a los sectores público y privado, ya que ambos estarían utilizando recursos comunes en una reconversión.
- Emplear criterios de viabilidad económica, que en ningún caso pueden ignorar la presencia de mercados internacionales y los precios que en ellos se forman.
