Continúan sin adjudicarse los centros de producción de RTVE en Madrid y Barcelona para el Mundial-82

A veinte meses de la inauguración de los Campeonatos Mundiales de Fútbol, que se celebrarán en nuestro país en junio de 1982, RTVE todavía no ha adjudicado los centros de producción de Madrid y Barcelona. Estos centros, cuya construcción, equipamiento y puesta en funcionamiento requerirían en circunstancias normales un período de dos a tres años, todavía se encuentran en el aire. RTVE, hasta el momento, ha adjudicado, en las últimas semanas, unos 8.200 millones para equipos e infraestructura de los 10.500 millones en que quedó reducida «por necesidades presupuestarias» la inversión prevista para el Mundial-82.

El presupuesto inicial de RTVE para el Mundial-82 ascendía, en su alternativa máxima, a 28.000 millones de pesetas, y en su alternativa mínima, a 22.000 millones de pesetas. Después de largos meses de silencio sobre el tema y ante las quejas del sector electrónico, que había puesto grandes esperanzas en este proyecto para su desarrollo, y veía que el tiempo se echaba encima y a última hora se iba a ver privada de los pedidos ante la imposibilidad de cumplimentarlos, RTVE anunció, en noviembre del año pasado, que el presupuesto de inversiones para el Mundial-82 se había reducido a 10.500 millones de pesetas.

Todavía está por explicar al país, como ha puesto de manifiesto en numerosas mesas redondas y conferencias Pedro Higuera, presidente de la Asociación Empresarial de Industria Eléctrónica, tan drástica reducción presupuestaria (11.500 millones de pesetas) sobre la cantidad que se consideraba mínima para cubrir con dignidad las retransmisiones de un acontecimiento como el mundial de fútbol, en el que de algún modo está en juego el prestigio internacional de España.

Dinamismo de la industria nacional

Pese a la falta de seriedad que significa el que los concursos para equipamiento del Mundial-82 por RTVE hayan salido en los últimos meses, cuando la designación de nuestro país como sede de los mismos se conocía desde 1976, los industriales del sector han desmentido las afirmaciones y justificaciones vertidas con anterioridad por los directivos de RTVE. Han demostrado su eficacia y competitividad de precios, frente a las dudas vertidas, y han logrado en los concursos públicos realizados hasta ahora hacerse con la mayor parte de las adjudicaciones.

La empresa Pier (75% de su capital en manos de empresas electrónicas del INI y 25% del grupo Pier) ha conseguido la adjudicación de reemisores, unidades móviles grandes y medias, infraestructura de reemisores e instalaciones, por un monto de 2.608 millones de pesetas. La empresa Equipos Electrónicos (íntegramente del INI) ha conseguido la adjudicación de tres emisores VHF, cuarenta UHF, infraestructura e instalación por un valor de 1.325 millones de pesetas. Telettra Española (51% de su capital en manos de Telefónica, y el resto en las del grupo italiano Fiat-Telettra) ha logrado la adjudicación de radioenlaces e infraestructura por un valor de unos 1.700 millones de pesetas. Sintel (en la que también Telefónica es mayoritaria) ha conseguido también unos cuatrocientos millones de pesetas en radioenlages (aunque probablemente estos serán GTE importados de Italia). Mier-Allende, una empresa catalana, ha conseguido la adjudicación de unos 170 millones en reemisores.

Standard Eléctrica, (del grupo ITT), en radioenlaces y estructuras, ha obtenido la adjudicación de 450 millones de pesetas. Toshiba, otra empresa foránea, ha conseguido la adjudicación de diecisiete emisores VHF e infraestructura por valor de 470 millones de pesetás. A la vista de estas cifras, recogidas de diferentes industriales del sector (todavía no han sido publicadas oficialmente las adjudicaciones), se observa que la mayor parte de las inversiones han sido absorbidas -gracias a su dinamismo- por la industria nacional.

Tampoco se conocen las inversiones de Telefónica

Si el Gobierno no pone en marcha urgentemente un plan de inversiones para cubrir la infraestructura telefónica del Mundial-82, la cobertura actual prevista resultará claramente insuficíente para hacer frente a la demanda de transmisiones de los medios informativos que con tal motivo acudirán a nuestro país, y el desprestigio internacional será inevitable.

El plan de inversiones para el Mundial-82, elaborado el pasado año por la Compañía Telefónica, permanecía todavía este verano congelado en manos del Gobierno -y no hay ninguna noticia de que esta situación haya cambiado-, a pesar de que, según las previsiones, tendría que haber sido puesto en marcha en enero pasado. Las instalaciones en el interior de los estadios, en los centros de Prensa, redes urbanas, transmisión, conmutación, satélites y red internacional, requieren un dilatado plazo de tiempo -concursos, suministros e instalación propiamente dicha- que ya hoy no es el óptimo para una cobertura decente del Mundial-82.

El plan inicial preveía una inversión de 4.622 millones de pesetas para el período 1980-1982, de los que 1.630 millones de pesetas serían recuperables por la red nacional telefónica tras la celebración del Campeonato Mundial de Fútbol.

La demora en la puesta en práctica del plan de inversiones puede obligar, por otra parte, a recurrir a importaciones de materiales y componentes de telecomunicación, con el consiguiente perjuicio para el sector electrónico. Los plazos para fabricación y entrega resultan ya insuficientes para muchas de nuestras industrias del sector, aun suponiendo la inmediata puesta en marcha del mencionado plan de inversiones.

La desidia amenaza en ambos campos, radiotelevisión y telefonía, con improvisaciones de última hora que, amén de hurtar unas posibilidades de desarrollo para la industria nacional, pueden producir una triste imagen internacional de nuestro país.