Iglesia y divorcio
Las declaraciones que en torno a la futura ley del divorcio vierte el cardenal primado Marcelo González, en su carta pastoral, no son, por esperables de su persona, menos sorprendentes y angustiantes.No deseo tocar el tema de la moral católica ni del oscurantismo y escaso sentido social con que algunos de sus paladines se enfrentan a temas tan espinosos como la incompatiblidad matrimonial. Dejemos que cada, cual elija su camino y su ética.
Lo que pretendo resaltar, por estimarlo intolerable, es que una alta jerarquía eclesiástica se atreva a determinar la licitud o ilicitud de una ley, invocando como supremo argumento de autoridad una supuesta «ley natural» que, por inexistente (o, al menos, indeterminable), puede presentarse rellena de los contenidos más diversos y, frecuentemente, al servicio de causas antagónicas, irreconciliables. Una ley es lícita por definición, y lo es por adaptarse en su elaboración y contenido a lo dispuesto en leyes superiores, en una progresión que finaliza en la Constitución y los límites por ella impuestos. Y no lo es por adaptarse a ideologías o creencias personales.
Aprenda el cardenal a diferenciar ley y moral, a predicar ésta a sus fieles y a dejar la otra para nuestros representantes, legal y, al fin, legítimamente elegidos./
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.