_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Iglesia y divorcio

Las declaraciones que en torno a la futura ley del divorcio vierte el cardenal primado Marcelo González, en su carta pastoral, no son, por esperables de su persona, menos sorprendentes y angustiantes.No deseo tocar el tema de la moral católica ni del oscurantismo y escaso sentido social con que algunos de sus paladines se enfrentan a temas tan espinosos como la incompatiblidad matrimonial. Dejemos que cada, cual elija su camino y su ética.

Lo que pretendo resaltar, por estimarlo intolerable, es que una alta jerarquía eclesiástica se atreva a determinar la licitud o ilicitud de una ley, invocando como supremo argumento de autoridad una supuesta «ley natural» que, por inexistente (o, al menos, indeterminable), puede presentarse rellena de los contenidos más diversos y, frecuentemente, al servicio de causas antagónicas, irreconciliables. Una ley es lícita por definición, y lo es por adaptarse en su elaboración y contenido a lo dispuesto en leyes superiores, en una progresión que finaliza en la Constitución y los límites por ella impuestos. Y no lo es por adaptarse a ideologías o creencias personales.

Más información
Iglesia y divorcio
Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Aprenda el cardenal a diferenciar ley y moral, a predicar ésta a sus fieles y a dejar la otra para nuestros representantes, legal y, al fin, legítimamente elegidos./

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_