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ANDALUCIA

Dificultades para lograr un acuerdo entre los partidos sobre la autonomía

La reunión de los secretarios generales y portavoces de los partidos representados en la Junta de Andalucía, convocada ayer con carácter de urgencia por el presidente de la misma, Rafael Escuredo, terminó esta madrugada sin acuerdo. UCD se opone a la celebración de la asamblea de parlamentarios, prevista para hoy en Cádiz, con el argumento de que no deben entorpecerse las negociaciones ya iniciadas sobre la autonomía andaluza. Sin embargo, Escuredo mantiene la convocatoria.

La posibilidad de suspensión de esta asamblea de parlamentarios se había planteado el día anterior, en conversación celebrada por el presidente del Senado -el centrista Cecilio Valverde- con Rafael Escuredo. UCD era partidaria de desconvocar la asamblea, puesto que ya se han iniciado negociaciones sobre la autonomía andaluza. Socialistas y comunistas, en consulta mutua, llegaron a la conclusión de que esto podía hacerse, siempre que se firmase un documento en que los partidos de la Junta acordaran que el artículo 151 quedaba aceptado, tanto en el fondo como en la forma.Abierta la reunión de ayer, UCD afirmó que no era el momento procedimental oportuno de aprobar un documento de este carácter. A la vista del desarrollo de la reunión, el presidente de la Junta decidió mantener la convocatoria de la asamblea de parlamentarios.

Según pudo saber EL PAIS, tanto UCD como el PSA se negaron a aceptar la propuesta de modificación de la ley orgánica sobre Distintas Modalidades de Referéndum, que pretendían socialistas y comunistas.

La propuesta del PSOE, en concreto, consistía en la continuación del proceso autonómico por la vía del 151, si así lo aceptasen la mayoría de los parlamentarios almerienses y, mediante la modificación legal correspondiente, hacer que la papeleta del referéndum aprobatorio del Estatuto en Almería contenga, además de la pregunta general en toda Andalucía, una específica solicitando a los ciudadanos almerienses su voto sobre la iniciativa autonómica (es decir, la misma pregunta que no obtuvo la mayoría del censo electoral a favor en la provincia de Almería el 28 de febrero).

Centristas y nacionalistas salieron en numerosas ocasiones del despacho de la presidencia de la Junta para evacuar consultas y hablar por teléfono con sus respectivas direcciones. Por parte de UCD se encontraban presentes el subsecretario general en Andalucía, Carlos Rosado, mientras que la delegación del PSA la encabezaba el viceconsejero de Medio Ambiente, Ladislao Lara, sin que Alejandro Rojas Marcos aceptase la petición de Escuredo de que la reunión tuviese el máximo nivel político. El ministro de Administración Territorial, Rodolfo Martín Villa, llamó expresamente a la Junta preguntando por el líder nacionalista Miguel Angel Arredonda, que no participaba en las negociaciones.

Uno de los presentes en la reunión informó a este periódico que todo el problema consistía «en que UCD y el PSA no quieren que se note demasiado que abandonan la vía del artículo 144 definitivamente», de modo que los reunidos no habían entrado, a esa hora, ni siquiera a debatir las posibles fórmulas concretas para modificar la ley de referéndum.

En medios próximos a la Junta se creía antes del inicio de la reunión que el acuerdo sobre la autonomía andaluza por la vía del 151 era inminente y que lo único que faltaba por concretar era la solución al problema de Almería, sobre el que ya hubo un pronunciarniento explícito de Felipe González en el sentido de que el PSOE no se empeña a toda costa en repetir el referéndum de iniciativa autonómica en esta provincia.

Protagonismo

A cambio de esta concesión socialista (una nueva consulta en Almería es, desde siempre, inaceptable para UCD), el Gobierno ha consentido que el protagonismo recaiga directamente en la Junta de Andalucía y, de rechazo, en el partido mayoritario, al que pertenece Escuredo, el PSOE. Daba la impresión de que el único retraso en el acuerdo final estaba producido por el deseo de que la Junta apareciese como propulsora de la fórmula concreta, de forma que la entrevista Suárez-Escuredo de la próxima semana no sirviera más que para ratificar formalmente el acuerdo y fotografiarse juntos. De forma absolutamente privada, un miembro del comité nacional del PSA confesaba ayer a EL PAIS: «Está claro que si UCD acepta modificar la ley de referendos, nosotros quedamos en posición desairada, y el PSOE se apunta un buen tanto ».Dado que la solución de continuar el proceso las siete provincias restantes y hacer que el referéndum estatutario sirva también en Almería como referéndum de ratificación -o sea, con una mayoría absoluta del censo a su favor- ya había sido propuesto hace diez días por el PCA, era previsible, como así ha ocurrido, que los socialistas se decantasen por una fórmula -la resumida más arriba- que, al modificar la ley de referéndum, permita la incorporación inmediata de Almería al proceso por vía de excepcionalidad.

La realidad es que el PSOE, después de la moción de confianza, pretendía organizar una fuerte campaña política contra UCD -de hecho había setecientos mítines socialistas previstos en defensa del 151 durante el mes de octubre- y, una vez entrada a trámite la proposición de ley de modificación de la ley orgánica de referendos, ofrecer una negociación con el Gobierno.

Satisfacción del PSA

En relación con la entrevista mantenida el miércoles en la Moncloa entre una delegación del Gobierno y otra del PSOE, a cuyo frente se encontraba Adolfo Suárez y Felipe González, respectivamente, el secretario general del Partido Socialista de Andalucía (PSA) manifestó su satisfacción «porque en esa reunión el PSOE recorrió la mitad del camino que recorrió el Grupo Andalucista el día que arrancó al Gobierno el compromiso de conducir la autonomía andaluza por el artículo 151 de la Constitución tanto en el fondo como en la forma».

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