La solución de Isodel
En los últimos días pasados, la Prensa ha proporcionado informaciones sobre la situación y el futuro de Isodel. La nueva dirección de la. empresa cree necesario realizar una serie de precisiones, con el fin de dejar claros algunos aspectos hoy de vital importancia para Isodel.El plan de viabilidad realizado por Check y suscrito en abril y mayo de este año por todas las partes se construyó a instancias de los accionistas, que dotaron de tesorería a la empresa durante el período de realización del plan.
A través de los meses se ha demostrado que el punto más difícil de conseguir es el de cubrir el 35% del nuevo capital. Sin embargo, en la realización del plan, los accionistas (Banesto y, sobre todo, Hidrola) no lo vieron así y se comprometieron a buscarlo, comunicando Hidrola sobre el mes de mayo a la anterior dirección que sus gestiones de búsqueda de ese 35% no habían dado resultado. Tal hecho está desarbolando el plan de viabilidad, ya que la Administración, por un lado, y los accionistas, por otro, coinciden, sin embargo, en que no cumplirán con sus respectivos compromisos (crédito de 675 millones de pesetas, suscripción del nuevo capital y créditos del Banesto) si este 35% de nuevo capital no está totalmente suscrito. Las razones que se alegan son de diferente entidad, pero, en definitiva, todo está parado hasta no encontrar ese trozo de nuevo capital.
Por otra parte, sucede que nuestros clientes históricos (las compañías eléctricas y sus suministradores) nos hacen ver la necesidad que tienen de Isodel, y esto no sólo manteniendo una cartera que no, baja de ochocientos millones de pesetas, sino comunicándonos el problema que se les viene encina si desaparecemos, al verse obligados a cambiar de tecnología o a transformar sus instalaciones en un museo de aparatos.
Porque la parte más importante de aparatos de Isodel -es necesario precisarlo con seriedad- no son fabricados en España por ningún competidor y solamente podría contarse con ellos a través de las importaciones. Y lo pueden decir nuestros clientes, que en nuestras épocas de falta de entrega han tenido que recurrir a tales importaciones. Así se dice: «Si desaparece Isodel, hay que montar otro Isodel».
Y como todo esto es así, nos tenemos que preguntar: ¿Qué está obstaculizando o no favoreciendo que se encuentre ese 35 % de nuevo capital?
Porque utilizando una expresión de fuentes próximas a la Administración podemos también preguntarnos: ¿Cómo es posible que el problema sea de 490 millones de pesetas? (Ese es el monto total del 35%). Entonces: ¿Por qué no se quiere tomar ese capital?, ¿qué lo impide si es cierto que Isodel, hoy por hoy, es imprescindible para su mercado si éste no quiere recurrir a las importaciones? Con su cartera, que se mantiene, con el servicio técnico que presta en ¡os aparatos instalados (más de 30.000 millones de pesetas), con su capacidad para integrar y adaptar rápidamente las nuevas tecnologías.... la no suscripción de esos 490 millones de capital nos parece algo totalmente kafkiano. ¿Por qué dejar morir una compañía que tiene nuestros importantes patrimonios empresariales y un claro futuro, cuando a la vez se salvan otras que, como mínimo, no llegan a estar igualmente dotadas de viabilidad potencia¡? (y queremos dejar muy claro que esos otros salvamentos los suscribimos y nos alegran).
Y nos podríamos preguntar más: ¿Cuáles fueron o son las razones que explican el que Hídrola y Banesto fracasaran en la búsqueda de ese 35% de nuevo capital? Porque esas razones no se han explicado. o también: ¿Por qué se nos da el dinero para pagar el desempleo (ya van más de doscientos millones de pesetas) y no se nos da para que no se tenga que pagar desempleo?
Explicar, desde planteamientos puramente empresariales, lo que está pasando con Isodel no es posible, porque si así se razonara no habría más que una conclusión: ¡Hay que relanzar Isodel, señores accionistas y señores de la Administración!
Nosotros tenemos en Isodel una mesa donde se ha negociado y se negocia todos los días. Se la ofrecemos para que todos ustedes se sienten en ella con nosotros para tomar por fin las ya absolutamente imprescindibles decisiones. Porque la situación actual ya es totalmente crítica: la tesorería se ha terminado; por consiguiente, el personal no podrá cobrar los salarios en los próximos meses y la desesperanza vuelve a aparecer como único panorama.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.