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El atletismo español ya tiene un plan preolímpico para los Juegos de Los Angeles

La Federación Española de Atletismo va a marcar un hecho prácticamente inédito en el deporte español: preparar a cuatro años vista los próximos Juegos Olímpicos. Esta vez, aunque cambien los hombres, se procurará que el plan siga adelante. El objetivo es que un grupo de atletas, a los que se cuidará al máximo, puedan seguir en Los Angeles el camino del éxito iniciado en Moscú.

Hasta ahora, el atleta español no gozaba de ninguna protección oficial. Se veía obligado a competir con rivales que, al margen de que fueran superiores, eran mimados a través de concentraciones y de ofrecerles seguridad socioeconómica para su futuro. Fue Llopart el que demostró que, con dedicación, también el español podía subir al podio olímpico. Carlos Gil, responsable máximo de las selecciones nacionales de atletismo, ha elaborado un plan en el que la elite podrá recibir las máximas atenciones posibles.El plan resulta muy ambicioso, pero pretende suplir todas las deficiencias que presenta la estructura del atletismo nacional. Viene a ser un parche hasta que se consiga un total apoyo científico-médico, una amplia infraestructura de centros de entrenamiento y una serie de atenciones, encaminadas a lograr la tranquilidad del atleta, una vez acabada su trayectoria deportiva. Carlos Gil ha pensado fundamentalmente en la elite y es precisamente por esto que quizá encuentre dificultades en la aprobación de su plan.

Todos los proyectos tendrán que pasar el visto bueno de la comisión ejecutiva, y el aprobado de la directiva. Se da por hecho que estas dependencias federativas no pongan obstáculo alguno a la realización del plan, pero éste tendrá que someterse posteriormente al parecer de la asamblea nacional. La discusión se prevé conflictiva, porque dar vía libre al proyecto significaría una reducción en los presupuestos de las federaciones provinciales, que iría en beneficio de los atletas de elite.

El plan contempla tres tipos de atletas: los de elite, los preolímpicos y los restantes que sean componentes del equipo nacional. El primer grupo lo integrarían exclusivamente aquellos atletas que estén entre los veinticinco o treinta -falta por determinar este punto- primeros de la clasificación mundial. Actualmente serían unos diez atletas los que podrían reunir esta condición, y a ellos se les irían uniendo aquellos que, por sus marcas, fueran haciéndose un sitio entre los mejores del mundo. A esta elite no se le exigiría un rendimiento continuo y se les garantizaría una beca mensual de 70.000 pesetas desde el próximo año, que se iría aumentando en 5.000 hasta 1984. Además, se trataría de conseguirles una estabilidad laboral, compaginable con su actividad deportiva, que se vería enriquecida con concentraciones, no sólo en España, sino también en países de superior nivel.

En el grupo de preolímpicos estarían todos aquellos atletas que, sin entrar en la elite, tuviesen marcas acreditadas que sean superiores a las mínimas de los Juegos Olímpicos de Moscú. Una vez que se fijen las de Los Angeles habrá que acreditar éstas para seguir perteneciendo a los preolímpicos.

Carlos Gil también quiere conceder carácter prioritario a las grandes competiciones anuales que se celebren desde ahora y hasta los Juegos Olímpicos de 1984. Considera además imprescindible el enfrentamiento en encuentros amistosos con países que tengan mayor nivel atlético que España. Y en el aspecto individual del atleta, la elaboración de un estatuto en el que figuren sus derechos y obligaciones, con el fin de poner término a las tensiones que han sido tan usuales entre atletas y federativos.

Reunión internacional de Pekín

La última reunión internacional de atletismo programada para la actual temporada se está celebrando estos días en Pekín. Ayer se disputó la primera jornada, en la que destacaron los triunfos de Glance, Drut, Fields y Riehm.En 100 metros, el norteamericano Harvey Glance se impuso con facilidad en 10.27. Su compatriota Fields también logró una victoria, en altura, con un salto de 2,25. Otra de las figuras participantes fue Karl Heinz Riehm, que en martillo venció con 76,52. Por último, el francés Guy Drut, en su vuelta a las competiciones, no tuvo grandes problemas para imponerse con 13,85 a Greaves y Buttari.

Por lo que respecta a las pruebas femeninas, la italiana Gabriella Dorio confirmó su buen momento -en Tokio derrotó a Tatiana Kazankima-, al ganar holgadamente en 1.500 con 4.12.91, aunque sin rivales de la calidad de la soviética.

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