ETA Militar se atribuye el asesinato del teniente coronel Urquizu

Con la presencia del capitán general de la VI Región Militar, gobernadores civil y militar de Vizcaya y altos mandos del Ejército, Guardia Civil y Policía Nacional, se celebró el domingo, sin ningún tipo de incidentes, en la parroquia de Santa María de Durango (Vizcaya), el funeral por José María Urquizu, teniente coronel del Cuerpo de Farmacia, que el sábado fue víctima de un atentado que ayer se atribuyó a ETA Militar.El acto religioso, concelebrado por tres sacerdotes, fue seguido por numerosas personas, que llenaban el templo y el exterior del mismo. En la ceremonia, el párroco, Lorenzo Salaberria, pronunció una homilía en la que, entre otras cosas, dijo: «Una muerte violenta más, y esto continúa. Quizá la próxima vez asesinen a otra persona más, que puedo ser yo o cualquiera de los aquí presentes». Luego recordó a los asistentes que, con la muerte de José María Urquizu, son ocho las personas que han sido víctimas de la violencia en Durango.

Al término del funeral, el féretro que contenía los restos mortales del señor Urquizu fue introducido en un coche fúnebre para su posterior traslado al cementerio, donde recibió sepultura, en una ceremonia de carácter familiar. Cuando la comitiva salía del templo se escucharon algunos gritos de «¡Viva España y el Ejército!», respondidos con otros de «¡Fascistas!», que fueron acallados por los familiares de la víctima, que expresaron su deseo de que el acto no se politizara.

En la jornada de ayer permanecían cerradas al público las oficinas del Ayuntamiento de Durango, que, con excepción de los concejales de Herri Batasuna, el mismo sábado condenó, el atentado.

Mentís sobre el atentado de Pamplona

La organización ETA Militar, en un comunicado difundido ayer, ha negado su participación en los atentados que destruyeron el pasado viernes las sedes del Partido Comunista de España y de la Unión General de Trabajadores en Pamplona.

Este atentado, en cambio, fue reivindicado, sobre las 14.15 horas del domingo, mediante una llamada realizada al diario bilbaíno Deia por un joven que se identificó como miembro de la Triple A.