Irán pide el "arrepentimiento" de EE UU para liberar a los rehenes

Irán estaría dispuesto a discutir el futuro de los 52 rehenes norteamericanos si tuviera la certeza de que Estados Unidos mostrara su arrepentimiento. Así lo afirmaba ayer el periódico iraní en lengua inglesa Teheran Times, que citaba por vez primera una parte del discurso pronunciado el lunes en Qom por el primer ministro, Mohamed Alí Rayai, haciendo referencia al tema de los rehenes.Según el citado periódico, el discurso respondía al mensaje enviado por el secretario de Estado, Edmund Muskie, y fue pronunciado con ocasión del segundo aniversario del viernes negro.

Rayai comenzó su alocución citando la carta en la que Muskie declaraba que Estados Unidos no se ha inmiscuido en los asuntos de la revolución iraní, y expresó la esperanza de encontrar «soluciones constructivas a los problemas existentes entre ambos países».

«Si os arrepentís, nuestro pueblo, que es creyente, perdonará vuestros crímenes, ya que Dios ofrece su perdón a aquellos que han pecado», añadió Rayai, quien declaró también que el «Islam no hace compromisos ni regateos».

«Mientras que los americanos sigan congelando nuestros bienes y no se nos compense por las pérdidas de las que ellos son responsables, no podrá haber un arreglo equitativo en nuestras relaciones», prosiguió Rayai.

La pasada semana, Edrnund Muskie había pedido a Rayai en una carta que «tuviera una nueva visión sobre los problemas entre Irán y Estados Unidos. Con la muerte del sha», proseguía, «se ha cerrado definitivamente un capítulo de la historia iraní. Con vuestro Gobierno se abre un nuevo capítulo».

El miércoles, por la tarde, el Departamento de Estado hacía público un comunicado en el que declaraba que Estados Unidos estaba dispuesto a entablar negociaciones sobre el tema de los rehenes, pero se negaba a expresar el público arrepentimiento requerido por los iraníes, rechazando hacer una condena sobre la política pasada de Estados Unidos con respecto a Irán.

La jerarquía religiosa iraní ha hecho, al parecer, una última advertencia al jefe del Estado, Abolhassan Banisadr, con el fin de que renuncie a expresar públicamente las diferencias que le oponen a los integristas religiosos.