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El presupuesto francés contempla importantes ayudas fiscales a la inversión

Ayuda fiscal importante a las empresas que realicen inversiones, disminución de los gastos públicos, déficit e imposición fiscal moderada salvo para los consumidores de bebidas, de tabaco y para las petroleras: tales son las características esenciales del presupuesto francés para el año 1981, aprobado ayer por el Consejo de Ministros, y que será sometido a la aprobación de la Asamblea dentro de algunas semanas.

Aplaudido por los medios industriales y económicos, no excesivamente criticado por la oposición, de momento al menos, el nuevo presupuesto alcanza la cifra de 611.379 millones de francos, lo que representa un 16,45% de aumento respecto al del año en curso.En un mundo en crisis económica grave y en un país que inicia la precampaña electoral que culminará el próximo mes de mayo con la elección del presidente de la República, la ley de finanzas elaborada por el Gobierno francés es relativamente milagrosa, puesto que, en un primer tiempo, da la impresión de no espantar mayormente. Los primeros críticos del presupuesto apuntan su carácter «demagógico», es decir, electoral; pero lo cierto es que los argumentos esgrimidos son más protocolarios que consistentes, y son muchos más. los que estiman que esta vez el interés de todos los franceses «no ha sido maltratado o, en todo caso, no es fácil demostrarlo».

La principal innovación del presupuesto es posiblemente la ayuda fiscal sustancial a las empresas: todas las sociedades industriales, comerciales y artesanales podrán deducir de sus beneficios sometidos a impuestos una suma equivalente al 10% de las inversiones que hayan realizado a lo largo del año.

La novedad mayor de esta ayuda es su carácter durable. En efecto, por primera vez en Francia, se establece un favor semejante, no para un año, sino para cinco, lo que permitirá a las empresas planificar inversiones a largo plazo. La ayuda no afecta a las inversiones realizadas en el extranjero.

Los contribuyentes galos tampoco salen mal parados con el nuevo presupuesto: los impuestos, para la gran mayoría, apenas aumentan lo que los precios, es decir, el 13,3%. Pero Io más beneficiados son los matrimonios que tienen un mínimo de tres hijos y los ancianos, para quienes se establecen reducciones significativas.

En este terreno fiscal sólo dos sectores serán más gravados: por un lado, los bebedores y los fumadores (20% más el precio del tabaco y 9,5% los derechos sobre las bebidas alcohólicas). El verdadero pagano del año en materia fiscal serán las dos petroleras francesas (ELF y CFP), que deberán abonarle al Estado 2.000 millones de francos suplementarios de impuestos.

En otros sectores, el Gobierno ha disminuido los gastos públicos. Este recorte asciende a 11.000 millones de francos. A lo largo del año próximo, el Estado sólo creará 1.890 empleos, contra 25.000 durante este año de 1980. En materia de inversiones públicas, la autorización de programas (trabajos nuevos emprendidos por el Estado) aumentará en un 13% solamente, y los sectores preferentes serán la investigación científica y la defensa (más 18%).

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