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Posible móvil económico en el asesinato de los marqueses de Urquijo

El asesinato de los marqueses de Urquijo, cometido el pasado día 1, continúa sumido en el misterio para la opinión pública. Para la policía, sin embargo, el caso se inclina en estos momentos por el móvil del beneficio económico como impulsor del crimen.La detención del autor, o autores, de la muerte de María Lourdes Urquijo y Morenés y su esposo, Manuel de la Sierra y Torres, permitirá esclarecer definitivamente algunos puntos que, en el actual curso de las conclusiones policíales, se plantean como más verosímiles. Este sería el caso, por ejemplo, de la estimación que cifra al ejecutor de los disparos en una sola persona, según la inspección ocular y la reiterada reconstrucción de los hechos.

En cuanto a las huellas dactilares obtenidas en uno de los trozos de la puerta de cristal rota por el asesino (véase EL PAIS de los días 10 y 12 de agosto), no parece que, por el momento, hayan arrojado ningún dato de valor. No se ha podido determinar que la impresión de alguna de ellas correspondiesen al día del crimen.

La hipótesis ceñida a una inconcreta venganza pasional, que había tomado cierta pujanza y concreción en los últimas días por vía de rumor, parece descartada.

Diario 16 dio cuenta ayer de una telefónica amenaza de muerte recibida personalmente por la marquesa de Urquijo hace aproximadamente un año. Según el diario madrileño, la marquesa, informó a su esposo al regreso de éste de un viaje. El hecho fue denunciado a la policía, así como la sospecha -señalaba el citado periódico- de que el anónimo amenazante fuera un antiguo criado despedido por homosexual, tras lo cual se facilitó a los marqueses de Urquijo protección policial.

A este respecto, Juan de la Sierra y Urquijo, hijo de los marqueses asesinados, desmintió ayer a EL PAIS la aludida información. «No fue mi madre quien atendió aquella llamada, sino una sirvienta. Mi padre y yo estábamos en Panamá. Mi novia estaba en casa. El comunicante fue muy breve y no amenazó de muerte, sino de algo así como que nos iba a pasar algo, que nos iban a secuestrar. Por supuesto, se le dijo a mi madre y nos lo dijeron a mi padre y a mi al volver. Se informó a la policía y ésta no le dio ninguna importancia. Comentaron que nadie avisa del secuestro que va a cometer. Por supuesto, no se nos dio ninguna protección». Por otra parte, Juan de la Sierra añadió que «nunca en mi casa ha habido ningún criado homosexual, al menos que fuese de conocimiento nuestro o de mis padres; mi madre sólo despidió a un cocinero por exclusivas razones del carácter de aquel hombre, que era muy nervioso y creaba roces frecuentes entre el resto del servicio ».

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