El paro en la CEE alcanza al 5,5% de la población activa
El paro, que afecta directamente a seis millones y medio de personas de la Comunidad Económica Europea (CEE) es, con sus graves consecuencias sociales y políticas, el principal problema de los europeos, según Efe.El desempleo en la CEE ha conocido diversas etapas y, por supuesto, ha castigado de forma muy irregular a los diversos sectores de la población según su edad, nacionalidad, profesión o sexo.
Según las últimas estadísticas oficiales el número de parados en julio en las Comunidades Europeas llegó a los 6,2 millones de personas, lo que representa el 5,5% del total de la población activa de la CEE.
La gravedad de la situación del mercado de trabajo ha llegado a crear un estado de ánimo social que se traduce en el temor generalizado a perder el puesto laboral.
El paro se ha convertido en una lotería, a la inversa, que le puede tocar a cualquiera. Entre los años 1975 y 1979, veintisiete millones de europeos de los países comunitarios han conocido personalmente el paro.
Las estadísticas oficiales no siempre son exactas al ciento por ciento. El 23 % de los europeos afirma conocer a personas que no están registradas en los organismos oficiales de desempleo, y, por otra parte, el 25% asegura conocer a parados que, cobrando el subsidio, no están interesados en encontrar trabajo.
Cinco millones de parados sin esperanza
Cinco millones de parados han renunciado y perdido toda esperanza de encontrar trabajo, y el 21% de los europeos se sienten directamente amenazados por el paro, de los cuales el 46% son jóvenes.
En numerosas ocasiones, políticos de diversos países y tendencias han señalado el peligro desestabilizador que para los regímenes democráticos supone el paro, y más concretamente el que padecen los jóvenes que intentan acceder a su primer empleo.
Los distintos países de la CEE presentan diferentes situaciones ante el paro. En los seis primeros meses de este año Francia y Dinamarca lograron reducir el desempleo en un 3,1% y un 0,8 %, respectivamente, mientras que Gran Bretaña y Holanda registraron, como contrapartida, aumentos del 10% y el 8%, respectivamente.
Las estadísticas muestran un aumento lento pero progresivo del paro. Aunque el porcentaje de población activa respecto al total pasó del 41,2% en 1978 al 42,1 % en 1979, el aumento no llegó a absorber siquiera a los jóvenes que se incorporaron o pretendieron incorporarse al sector en condiciones de trabajar.
El paro femenino, que hasta ahora venía siendo el más frecuente, ha experimentado últimamente una brusca disminución. En 1979 el empleo femenino aumentó en un 1,7%en los países comunitarios, suponiendo ya el 30,7% del total de la población activa.
Pese a estos aumentos esporádicos, el paro sigue avanzando en los países de la CEE, que encuentran como única alternativa válida adentrarse en un fuerte proceso inflacionario.
Paro o inflación es la elección que tiene Europa, que, a partir de 1972, con el aumento de los precios del petróleo y otras materias primas, vio gravemente comprometido su alto nivel de vida.
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