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Los viejos trenes se resisten a morir. El Orient Express, que tanto inspiró a personajes como Agatha Christie y Alfred Hitchcock, no quiere pasar a la historia sin ganar su última batalla incruenta. El 12 de octubre, el mismo día en que se conmemora el final del largo viaje de Colón, este símbolo del ferrocarril, que en los años veinte unía Milán y Estambul, emprenderá su último viaje nostálgico. Sus vagones han sido decorados respetando su antiguo estilo y noventa pasajeros podrán disfrutar en ese marco de un desplazamiento hacia el pasado pagando precios de hoy: cada plaza cuesta 2.000 dólares (unas 140.000 pesetas).Hasta las comidas que van a servirse serán de época, puesto que se seguirán recetas que imperaban en la cocina internacional en los años veinte y que se hallaban cubiertas de polvo y de sabores imposibles en los archivos de la compañía internacional Wagons Lits.

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