Polonia, cerca de la huelga general
La situación laboral en Polonia se acerca vertiginosamente al estado de huelga general. A los paros de solidaridad de fábricas en Gdynia, Sczezin y Sopot se unieron varios centros mineros de Silesia, con los compañeros en paro en Gdansk, principal puerto del Báltico.
El primer secretario del partido comunista (POUP), Edvard Gierek, tuvo que suspender su proyectado viaje a la República Federal de Alemania (RFA), hoy, para entrevistarse con el canciller Helmut Schmidt y dirigirse a la nación por radio y televisión.El discurso del primer personaje del régimen polaco no tuvo ningún principio sorprendente e insistió «en el grave peligro para el Estado» si persiste la situación de reivindicaciones políticas; entre otras, libertad de sindicación, liberación de presos políticos, supresión de la censura y libre difusión de revistas y periódicos independientes.
En su discurso, relatado por Giereu inmediatamente después de una reunión del Buró Político del partido, máximo organismo del sistema político polaco, el primer secretario dejó entender que con la vuelta al trabajo las peticiones económicas de los trabajadores podían ser discutidas y negociadas; pero ante el tema de las reivindicaciones políticas Gierek fue explícito: «No hay compromiso posible. Se trata de un problema internacional. El sistema socialista está unido a la razón del Estado. Es un factor de paz en Europa. Sólo una Polonia socialista puede ser libre e independiente con fronteras inviolables».
A últimas horas de la noche de ayer, el enviado del Gobierno, el viceprimer ministro Tadeuzs Pyka, suplente del Buró Pobtico, no había llegado a ningún acuerdo con los huelguistas de Gdansk, que, caso insólito en la Europa del Este, están representados por quince miembros, elegidos por los trabajadores, pero ilegítimos, en base a las normas sindicales vigentes en Polonia. Por primera vez, una comisión gubernamental se entrevista con un grupo de trabajadores, que cambian periódicamente para no ser fichados por la policía, cuya elección no se ajusta a las normas oficiales.
La huelga de Gdansk parece estar dirigida por el obrero Lech Walesa, de 37 años, conocido por sus actividades disidentes, que en 1976 fue transferido a la cantera Lenin, en represalia por sus actividades políticas.
En la tarde de ayer, fuerzas especiales de la milicia, llegadas desde Varsovia, se concentraron a las afueras de Gdansk, en las proximidades del aeropuerto.
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