37 muertos en el incendio de dos clubes nocturnos de Londres

El incendio que destruyó en la madrugada del sábado dos clubes nocturnos; londinenses, frecuentados mayoritariamente por público hispano, y que causó, según un balance todavía provisional, 37 muertos y veintitrés heridos de diversa consideración, fue provocado intencionadamente, quizá mediante una bomba incendiaria, según las primeras declaraciones de la policía de la capital británica. Anoche no se había identificado aún a ninguna de las víctimas, y es difícil saber si hay ciudadanos españoles entre las mismas, aunque las dos salas de fiesta siniestradas contaban generalmente con numerosos españoles entre sus clientes.

El fuego comenzó a las tres y media de la madrugada de ayer en Denmark Street, un callejón de la popular área de Charing Cross Road, en el West End londinense. Los clubes, denominados El Dandy y Victor's, están situados en el segundo y tercer pisos de un estrecho edificio de tres plantas. Unas cien personas se encontraban dentro del edificio.Repentinamente, y según el testimonio dado por los supervivientes, se produjo una fuerte explosión y las llamas se extendieron rápidamente por los dos clubes y por la escalera del edificio. Algunas personas se lanzaron a la calle por las ventanas; otras intentaron salir por la puerta principal, pero ésta estaba cerrada y fue imposible abrirla. Algunos lograron escapar por una puerta trasera.

El jefe de bomberos que intervino en la extinción del incendio declaró que había visto muchos siniestros en su vida, pero nunca tantos cuerpos calcinados apiñados junto a una salida. «Se ve que estaban intentando forzar la puerta, pero el fuego fue más rápido que ellos», dijo.

La mayoría de los supervivientes coincide en declarar que oyeron una explosión similar a la que podría haber causado un cóctel molotov. Otros aseguran que vieron huir a dos hombres jóvenes unos segundos antes de que se declarase el incendio. El dueño de un restaurante vecino dio la alarma al advertir el fuego e intentó, desde el exterior, abrir la puerta principal del edificio. Su esfuerzo fue inútil, y, según declaró después, pudo oír cómo las personas atrapadas en el interior del club gritaban: «Nos quemamos, nos quemamos».

Cuatro horas después, cuando los bomberos lograron dominar el incendio y penetraron en el edificio encontraron un espectáculo dantesco. Pilas de cuerpos calcinados junto a la puerta, y como estremecedor testimonio de la velocidad con que se extendieron las llamas hallaron un cadáver, totalmente calcinado, que todavía tenía en una mesa, que no ardió, la mano con la que estaba agarrando su bebida.

Entre las hipótesis que circulaban anoche por la capital británica como posibles motivos en caso de siniestro intencionado, destacaba la de un «ajuste de cuentas» entre propietarios de clubes nocturnos. Mucha menos credibilidad ofrecían otras tesis, como la de un atentado político contra exiliados latinoamericanos o la de un «amante decepcionado», que habría colocado, por celos, la bomba incendiaria.

El detective jefe de Scotland Yard que dirige las investigaciones, Geoff Chambers, dijo anoche en una conferencia de prensa que está investigando el hecho como «asesinato» únicamente por la forma tan rápida como se propagó el fuego.

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