Crítica situación del pacto municipal de la izquierda en La Laguna

Las diferencias y fricciones entre las dos principales fuerzas políticas de izquierda en Canarias, Unión del Pueblo Canario (UPC) y el PSOE, se maniflestan públicamente estos días en los ayuntamientos de Las Palmas, en Gran Canaria y La Laguna, en Tenerife. Tras la ruptura en la mayoría de izquierda, la dimisión del alcalde, Manuel Bermejo, y la acusación de los nacionalistas a los socialistas de boicotear la recomposición de su unidad en el Ayuntamiento de Las Palmas, UPC y PSOE se enfrentan en La Laguna al momento más grave en sus relaciones municipales.

La coalición nacionalista, que cuenta con cinco concejales en este ayuntamiento (uno menos que los socialistas), junto al PCE y la Asamblea Lagunera (independiente) que suman en conjunto tres ediles, han dirigido, a través de un comunicado, un ultimátum al PSOE, partido al que pertenece al alcalde, Pedro González. En este ultimátum, dichas fuerzas obligan a los socialistas a dar continuidad a sus conversaciones para un «programa municipal unitario», en contra de su intercupción hasta septiembre, propuesta por el partido socialista.Estas conversaciones fueron consecuencia de un pleno municipal, celebrado el pasado mes de junio, en el que una moción presentada por una de las fuerzas de la coalición de izquierda sometió a autocrítica la gestión realizada por la misma a partir de las elecciones en el ayuntamiento. Las conclusiones del debate revelaron la existencia de malestar en el seno de la izquierda, al considerar que su gestión no había sido muy eficaz. Las principales culpas recayeron entonces en el PSOE y en su portavoz, el alcalde, tachado de presidencialista.

Ante este desconcierto, las cuatro organizaciones de izquierda iniciaron una serie de reuniones para elaborar un programa municipal unitario, que permita poner en práctica una «alcaldía colegiada», para afrontar los más acuciantes problemas de la ciudad: la puesta en práctica de un plan de infraestructura de barrios y la garantía en el suministro de agua, principalmente. Ahora, en el ultimátum dirigido a los socialistas, UPC y las otras dos fuerzas precisan que, de no reanudarse dichas reuniones unitarias, actuarán al margen del PSOE.

El alcalde, Pedro González, cree que en su municipio no se producirá una ruptura en el pacto unitario. Por su parte,Rafael Núñez, de UPC, actual alcalde accidental, declaró a éste periódico que, «aunque nuestras discrepancias con los socialistas han surgido al margen de lo ocurrido en Las Palmas, sí allí no se recompone la unidad y continúa un alcalde de UPC la crisis tendrá consecuencias en La Laguna».