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Posible cancelación del contrato hispano-norteamericano para el control del tráfico aéreo civil

Una de las primeras decisiones que deberá tomar el ministro de Transportes y Comunicaciones, José Luis Alvarez, al término de sus vacaciones se refiere a la posible cancelación definitiva de la adjudicación que el Gobierno español hizo en 1977 a las fuerzas aéreas de Estados Unidos (USAF), sin permitir concurrencia nacional, del nuevo sistema de control de tráfico aéreo civil para España (véase EL PAÍS de 8 de mayo de 1980). Actualmente existen fuertes presiones, tanto nacionales como extranjeras, sobre el Ministerio de Transportes para que convoque un concurso restringido del que salga la alternativa al Madac (Madrid Automatic Center).

El sector electrónico español, por su parte, nunca ha ocultado su malestar por la adjudicación, sin concurso, a la USAF de un proyecto valorado inicialmente en 1.000 millones de pesetas y que podría aproximarse actualmente a les 10.000 millones. Dichos medios consideran que el sistema Madac, que la USAF subcontrató a su vez a la empresa norteamericana Hughes, es «contrario a los intereses nacionales».Algunos empresarios españoles han manifestado a EL PAÍS que estarían dispuestos a preparar, mediante un consorcio de empresas, una oferta alternativa al Madac, y a realizar el proyecto con «notables ventajas para la electrónica nacional, para el tráfico aéreo civil y para los Presupuestos Generalesdel Estado».

Con la posible cancelación del contrato, el Gobierno español impediría a la Electronic Systems Divisions de la USAF la realización, en nuestro suelo y con dinero español, de un experimento sin precedentes, mezcla de militar y civil, que no le permiten hacer en su propio país las autoridades civiles de la Agencia Federal de Aviación (FAA). Precisamente, el informe técnico elaborado por la FAA, a petición de la Subsecretaría de Aviación Civil, desaconsejaba prudentemente el proyecto Madac y advertía además al Gobierno español que «hay fórmulas con ventajas técnicas y económicas».

Por otra parte, en medios de la Administración se da como seguro que, en caso de cancelación del proyecto Madac, lo que parece bastante probable, quedarían definitivamente diferenciados y separados los sistemas militar y civil para el control del tráfico aéreo en España, tal como ocurre en la mayoría de los países desarrollados.

El retraso en la realización del proyecto, provocado por dificultades de financiación y por las permanentes dudas del anterior ministro de Transportes, Sánchez Terán, «que no lo veía muy claro», según fuentes próximas a él, puede facilitar también el concurso restringido para obtener una alternativa más adecuada, ya que las pérdidas en inversiones ya realizadas por Hughes no parecen superar los tres millones de dólares (216 millones de pesetas). Surge, sin embargo, el factor tiempo como un impedimento para dar marcha atrás, ya que el Madac podría entrar en funcionamiento en 1982, mientras que un nuevo proyecto no daría servicio posiblemente hasta 1985.

La subsecretaría está, no obstante, estudiando la alternativa en la que podría participar la empresa francesa Thoinson, de la que es consejero Giscard d'Estaing, primo hermano del presidente de la República Francesa. «Pasar de las manos de Hughes a las de Thomson», ha declarado el director general de una de las empresas electrónicas españolas interesadas, «es como ir de Herodes a Pilatos. Lo que conviene realmente a los intereses nacionales es adquirir la tecnología precisa para realizarlo por completo en España, o si lo hacen empresas extranjeras que concedan al menos contrapartidas importantes -superiores al 30%- a los fabricantes españoles».

Adjudicación "humillante"

La adjudicación en 1977 a la USAF del sistema Madac -cuya idea proviene de tiempos del franquismo- se hizo en condiciones «humillantes» para España, según han declarado a EL PAÍS fuentes del sector, e «incluso rozando la ilegalidad», al no haberse convocado a concurso público.

El próximo 15 de septiembre parece ser la fecha tope para adoptar una decisión definitiva y, a medida que se acerca el momento, arrecian las presiones sobre el Ministerio de Transportes para que anule el compromiso con las fuerzas aéreas norteamericanas y convoque concurso público. Se cree también en medios del sector que el presidente francés, Valéry Giscard d'Estaing, podría haber intervenido ante las autoridades españolas en favor de la empresa francesa Thoinson. Por su parte, el Ejército del Aire, que ya dispone del sistema Combat Grande para el control del tráfico aéreo militar, podría no estar ahora interesado en el sistema mixto civil-militar y habría dejado de empujar al Madac. Uno de los inconvenientes que los especialistas atribuyen al Madac es precisamente la duplicación del control militar y su mezclacon el civil, ya que ambos sistemas se basan en filosofias diferentes. El militar trata de detectar aviones enemigos que no quieren ser detectados y hacerlos coincidir, mientras que el sistema civil trata de alejar entre sí los aviones y de facilitar el tránsito por los pasillos aéreos. «Los americanos convencieron además», según han declarado especialistas aeronáuticos a EL PAÍS, «al antiguo Ministerio del Aire de que el sistema sería a la vez reserva del de defensa (Combate Grande), cuyo edificio se encuentra en el interior de la base de Torrejón, a unos 1.500 metros del centro de control civil, que está situado fuera de la base. En estos momentos», añaden las mismas fuentes, «la mayor parte del Ministerio de Defensa se ha dado cuenta del error estratégico que supondría colocar la reserva junto al principal, en vez de hacerlo, por ejemplo, en Zaragoza, lo que sería incluso más barato, porque se trataría únicamente de repetir un centro de Defensa existente para el cual se cuenta ya con la adecuada tecnología».

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