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Los grupos culturales del centro de Prosperidad se niegan al desalojo

El pasado 11 de julio se publicó en el BOE la cesión, por parte del Ministerio de Cultura, del edificio de Mantuario, 51, actualmente Centro Cultural de Prosperidad, al Ayuntamiento de Madrid, al que perteneció hasta el año 1939. La devolución del inmueble ha suscitado polémicas de diversa índole, ya que con tal motivo el ayuntamiento, a través de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín, ha comunicado a los actuales ocupantes de dicho centro cultural su inminente desalojo para el próximo 25 de agosto, alegando que las obras de restauración y remodelación del centro empezarán en fechas próximas. Los diferentes grupos que vienen actuando en el local se niegan a desalojarlo en tan breve plazo de tiempo.La orden de desalojo a los numerosísimos grupos que, de forma periódica y desde que el Ministerio de Cultura les cedió el local trabajan allí, se dio a conocer por medio de unas pequeñas cuartillas que fueron colocadas en la pared de algunos puntos del edificio, que, como se puede suponer, está continuamente lleno de carteles de convocatorias de diversa índole, ya que las actividades que allí se realizan son continuas y numerosas. Algún amante de leer cualquier grafiti puesto en las paredes dio el aviso de que aquello convocaba al fin de todo tipo de actividad en el centro, y los grupos que, por su desgracia, no se encontraban de gira fuera de Madrid se pusieron en contacto con Eduardo Ferreras, presidente de la Junta Municipal del Distrito de Chamartín, con el fin de comunicarle su disconformidad ante tal decisión.

De forma absolutamente unánime, los actuales ocupantes del centro comunicaron al señor Ferreras la imposibilidad de desalojar el centro en el plazo estipulado de diez días, ya que son muchos los grupos que se encuentran fuera de Madrid, y otros muchos que no tendrían dónde guardar el material, que en algunos casos llega a pesar casi dos toneladas.

Asimismo, se pidió que el ayuntamiento estudiara la forma de solucionar la necesidad de locales para estos grupos en el período de tiempo que duren las obras, y, asimismo, se comprometa a acoger a los grupos que trabajan en el mismo c entro una vez terminados los trabajos de remodelación.

El presidente de la junta municipal, señor Ferreras, tomó nota de todo lo expuesto y comunicó su deseo de escuchar tanto a los actuales ocupantes del centro como a otras personas que expusieran las necesidades diversas del barrio, sin dar ninguna respuesta a las peticiones, ya que estas deben ser conocidas por la comisión creada para llevar a cabo el proyecto, formada por Ferreras, como presidente del distrito; José María Palacios, por UCD; Cristina Almeida, por el PCE; Enrique del Moral, como concejal de Cultura; Alfredo Tejero, corno concejal de Educación, y Javier Angelina, por Obras.

Aunque son once los centros culturales que funcionan en Madrid, éstos presentan un rendimiento muy por debajo de sus posibilidades, siendo únicamente el Centro Cultural de Prosperidad el que hasta ahora, y a lo largo de los últimos cuatro años, ha proporcionado una buena cantera de grupos de teatro marionetas, música, danza, pintura y diversas actividades culturales y deportivas.

En la actualidad, los grupos que contaban con un local de ensayo o taller de trabajo eran lo suficientemente significativos como para darse cuenta de que la medida adoptada puede perjudicar considerablemente el mundo de la cultura y del espectáculo en Madrid. Grupos de titiriteros, como La Tartana, Bavastell, Para Nada; de música, como Caballo, Paracelso, La Romántica Banda Local, La Charanga de la Doctora, Orquesta Girasol, Copula Dhelado, etcétera, se ven en la calle. En esta coyuntura están también compañías de teatro como Inutensilios Varios, La Diablada, Jincacha, Teatro del Ay, Ay, Ay, Musaraña, Compañía de Espectáculo Mínimos, Zoé Tomaté, Mondo Lirondo, Teatro Malasaña, y otras actividades, como el taller de pintura, donde, entre otros, trabaja Valentín Caro. La guardería se encontrará con los niños en la calle, y la Escuela Popular, grupos de danza, como el Ballet de Luis Ruffo o Danza AZ, bibliotecas, escuelas de boxeo, karting, karate, montaña, esquí, cine, fotografía, etcétera.

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No obstante, son estos mismos grupos los que comprenden la necesidad de realizar obras en el centro, que se ha deteriorado considerablemente en los últimos años, a causa del abandono que la Administración ha demostrado hacia él, por lo que la propuesta del abandono temporal del centro les parece viable, siempre y cuando tengan un lugar donde trabajar durante ese tiempo.

Ante todas estas peticiones, el ayuntamiento sólo ha concedido cinco días más para realizar el desalojo, a lo cual, y por el momento, los legítimos dueños de centro (hasta la orden del 11 de julio) se han negado, ya que ello es inviable y no discutible, acogiéndose al derecho de realizar el, desalojo en el plazo de cinco meses como marca la ley, según ha declarado el abogado de los grupos del centro.

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