Ex Ministros laboristas amenazan con formar un nuevo partido socialista en Gran Bretaña
En uno de los documentos políticos más notables producidos en Gran Bretaña en los últimos tiempos, las tres figuras más representativas del ala moderada del laborismo han amenazado a la izquierda con la formación de «un partido socialista democrático e internacionalista», si el Labour Party abandona su filosofía política tradicional.
El mensaje, lanzado por tres ex ministros del anterior Gobierno, Shirley Williams, David Owen y William Rodgers, al comité ejecutivo del partido, dominado por la izquierda, y, en particular, a los diputados Tony Benn y Eric Heffer, es claro y diáfano: la conquista del voto perdido en las últimas elecciones no está en la radicalización, sino en todo lo contrario.En una carta abierta a los miembros del partido, Williams, Owen y Rodgers recuerdan a la izquierda del partido que en las elecciones de 1979 sólo el 28% del electorado votó laborista.
Se dice, añade la carta, que el laborismo perdió porque no produjo un programa lo suficientemente izquierdista y radical, pero la verdad es que la experiencia demuestra que los partidos de izquierda se hundieron en las elecciones y que los votantes que desertaron del partido laborista se pasaron a los conservadores.
La forma de recuperar el voto del centro-izquierda consiste en mantener el compromiso del laborismo con la democracia parlamentaria, rechazando la guerra de clases y aceptando la economía mixta y las ideas de libertad, igualdad y justicia social.
Dentro de este marco, a la vez histórico e internacional, existe espacio para diferentes puntos de vista. Pero hay tres puntos en los que puede haber equívocos: nuestro compromiso al éxito de la economía mixta, nuestro compromiso con un verdadero socialismo internacional y nuestro inmutable compromiso con la democracia representativa.
En el plano internacional, los firmantes de la carta consideran que «los socialistas británicos no pueden abandonar la responsabilidad de ayudar a mantener la paz mundial», y a este respecto declaran que «la neutralidad sería una abdicación». Después de recordar el peligro planteado por el incremento del poderío militar soviético, los dirigentes laboristas afirman que «la permanencia británica en la OTAN es vital para la seguridad de Europa occidental», y añaden que se debe insistir en la retirada soviética de Afganistán.
Gran Bretaña no puede vivir aislada del mundo y los británicos no pueden aislarse de los socialistas de otros países. Por eso, el partido laborista debe abogar por la reforina de la comunidad europea y no por su retirada, debe propiciar la cooperación con los aliados y el desarme multilateral, y no la salida de la OTAN.
Los firmantes de la carta abierta no tienen intención de apoyar la formación de un partido del centro en Inglaterra, partido al que le faltan raíces y una filosofía política, «pero, si el partido laborista abandona sus principios democráticos e internacionalistas, sobrarán argumentos para el crecimiento de un nuevo partido socialista democrático, comprometido con esos principios».
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