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Poniatowski, investigado por el Parlamento francés sobre el asesinato de De Broglie

Michael Poniatowski, ex ministro del Interior, amigo y consejero del presidente Valéry Giscard d'Estaing, prestó declaración ante la comisión parlamentaria que investiga sobre sus eventuales responsabilidades en el asesinato del que fue su amigo y ex diputado giscardiano, Jean de Broglie. En contra de lo que él pretendía para zanjar el asunto, Poniatowski no convenció a la comisión, que reanudará sus trabajos en octubre próximo, seis meses antes de las elecciones presidenciales de 1981.

La comisión parlamentaria, integrada por diputados de las cuatro grandes fuerzas políticas (gaullistas, giscardianos, socialistas y comunistas), intenta establecer si Poniatowski debe comparecer o no ante el Tribunal Supremo por haber colaborado indirectamente en el asesinato de De Broglie.Tras haber escuchado a varios responsables policiales, la comisión anotó ayer el testimonio del ex ministro del Interior. Este pretendía con sus declaraciones cerrar las investigaciones de la comisión parlamentaria. En su opinión, esa comisión, creada por iniciativa de los socialistas, intenta prolongar sus trabajos hasta las elecciones presidenciales del año que viene y, con ello, ensombrecer la imagen del giscardismo y más precisamente la del presidente Giscard, de quien él es su íntimo amigo Y consejero.

Con sus declaraciones de ayer, Poniatowski no convenció a la comisión de su inocencia sobre la cuestión clave: varios responsables policiales han afirmado que antes del asesinato la policía había elaborado un informe anticipando las amenazas de muerte que pesaban sobre De Broglie y, sin embargo, el Ministerio del Interior no intentó impedir el suceso trágico del día 24 de diciembre de 1976. ¿Por qué, de ser así, tenía interés Poniatowski en la desaparición de su amigo político?

El problema no fue dilucidado. Sólo los diputados giscardianos votaron contra la prolongación de la investigación parlamentaria. Los gaullistas, aliados de estos últimos, se unieron, una vez más, a la oposición, y con ello se hacen merecedores de la acusación de Poniatowski contra los socialistas: «Han montado esta operación contra mí por razones políticas y para herir a Giscard d'Estaing». Ayer, el inspector Michel Roux, responsable policial en la época del asesinato, afirmó que «todas las justificaciones y datos aportados por Poniatowski son una sarta de mentiras. Poniatowski se burla de la gente», concluyó.

Las intenciones políticas juegan, sin duda, un papel importante en un asunto que de todas maneras, al prolongarse hasta las vísperas de la campaña por las presidenciales, adquiere proporciones realmente molestas para el giscardismo.

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