Creciente incremento de emboscadas a convoyes policiales

Las acciones terroristas que se registran en el norte de España, revisten de forma creciente, la forma de emboscadas a convoyes de Ias Fuerzas de Orden Público. El más grave atentado de este tipo se registró el 1 de febrero pasado, en que seis guardias civiles fueron asesinados en Lequeltio (Vizcaya), al ser atacado el convoy en que viajaban por un comando de ETA Militar. La matanza influyó decisivamente para que el Gobierno nombrara al general Sáenz de Santamaría como delegado especial en el País Vasco.Un atentado anterior por el mismo procedimiento, aunque con un saldo menor de víctimas -un muerto y cinco heridos-, se había producido el 28 de enero, con un ataque a un convoy dé la Policía Nacional a la salida de un túnel de la autopista Bilbao-Basauri.

Las últimas emboscadas a convoyes de las Fuerzas de Orden Público, antes del atentado de ayer, ocurrieron el 29 de mayo -cuatro policías nacionales heridos en la desviación de la carretera Madrid-Irún hacia Pasajes de San Pedro, en Guipúzcoa- y el 28 de junio, en que cinco policías nacionales resultaron heridos en Rentería (Guipúzcoa), al estallar un cóctel molotov lanzado contra su vehículo. Este último suceso revistió, no obstante, características algo diferentes a los anteriores, ya que se produjo en medio de una notable agitación ciudadana.