Un muerto y 32 heridos en atentado a un convoy de la Guardia Civil en Logroño
Un fallo en la activación de los mecanismos de explosión evitó, en la mañana de ayer, una catástrofe en las cercanías de Logroño, junto a Villamediana de Iregua, donde habían sido colocados seis artefactos, con un total de 45 kilos de Goma 2, amonal y metralla, preparados para estallar al paso de un convoy de la Guardia Civil. La explosión de tres de las cargas ocasionó la muerte casi inmediata del teniente Francisco López Bescos, de 48 años, que falleció cuando ingresaba en un centro médico. Otros dos guardias civiles resultaron heridos de gravedad, y treinta más con contusiones y heridas de pronóstico menos grave.
De acuerdo con la información facilitada a EL PAÍS por el gobernador civil de Logroño, Juan Madurga Cuevas, que hoy será relevado de su cargo, sobre las 9 de la mañana había salido de Logroño, con destino a un tramo de la autopista vasco-aragonesa fuera de servicio, un convoy de la Guardia Civil formado por dos autobuses y una furgoneta, perteneciente a la segunda compañía móvil de la Guardia Civil, con base en la capital riojana. Los vehículos, después de recorrer unos tres kilómetros por la carretera local 601, Logroño-ViIlamediana, habían abandonado la calzada para atravesar un camino de obra que conduce hasta uno de los tramos en construcción de la autopista vasco-aragonesa.A unos cien metros del cruce con la carretera, en uno de los laterales de un puente que atraviesa la autopista, se encontraban colocadas en batería seis cargas de Goma 2 y amonal, con metralla formada por tornillos y tuercas, que debían ser explosionadas a distancia. en el momento de pasar los efectivos policiales. Después de que hubieran atravesado el carretil -situado de forma paralela al puente- los dos primeros vehículos, hicieron explosión tres de los artefactos, que alcanzaron de lleno a uno de los autobuses. Como consecuencia de la explosión, resultaron alcanzados por la metralla el teniente Francisco López Bescos, el sargento Rafael Ruiz Ruiz y el número Sebastián Fernández Macía, que fueron trasladados con urgencia hasta la residencia sanitaria de la Seguridad Social de Logroño.
El teniente López Bescos, que viajaba en la parte delantera del autobús, junto al conductor, falleció a los pocos minutos de ingresar en el centro clínico, adonde llegó prácticamente descerebrado. Tenía 48 años y estaba destinado temporalmente en Logroño, ya que pertenecía a la Academia Especial de la Guardia Civil de Sabadell. El sargento Rafael Ruiz Ruiz, que en la tarde de ayer fue trasladado a Zaragoza, resultó alcanzado por la metralla en el maxilar inferior y otras partes del cuerpo, que le ocasionaron heridas de pronóstico muy grave. Por su parte, el número Sebastián Fernández Macía presentaba heridas en la cabeza de pronóstico muy grave, con posible perdida de visión en un ojo.
Otros seis guardias civiles resultaron con heridas contusas, de pronóstico menos grave, si bien quedaron ingresados en la residencia de la Seguridad Social de la capital riojana. Veinticuatro números fueron atendidos por heridas de diversa consideración, pasando posteriormente a sus domicilios.
El convoy, que se dirigía a un tramo de la autopista vasco-aragonesa que todavía no ha entrado en servicio, para realizar prácticas de controles de carretera, estaba formado por 110 guardias civiles. De haber explosionado todas las cargas colocadas, podría haberse producido una catástrofe de proporciones incalculables, ya que cada paquete explosivo, compuesto por cinco kilos de Goma 2 y amonal, tenía adosadas unas bolsas de plástico con cinta aislante, que contenían metralla formada por tuercas y tornillos de grueso volumen.
Prácticas en la autopista
«Resulta muy difícil establecercómo conocían los agresores que la Guardia Civil realizaba ese recorrido para hacer prácticas, porque en realidad llevaban cuatro o cinco días haciendo este tipo de ejercicios», señaló a EL PAÍS el gobernador civil de Logroño. «Por las, informaciones que poseemos, los explosivos fueron accionados a distancia, ya que en el lugar de los hechos no se han encontrado cables de ningún tipo. Creo que el atentado es un intento para desestabilizar una región tranquila y pacífica como es la Rioja. Quizá sea el primer paso para exportar el terrorismo fuera del País Vasco a una provincia limítrofe. En cualquier caso, es un atentado horrible que podía haber acabado en una matanza».
A media mañana de ayer llegó a Logroño en helicóptero, procedente de Madrid, el director de la Guardia Civil, general Aramburu quien se entrevistó a primeras horas de la tarde con el gobernador civil de la provincia. Ambos visitaron a los heridos en la residencia sanitaria de la Seguridad Social. El funeral en memoria del teniente López Bescos se celebrará hoy en la capilla de la segunda compañía móvil de la Guardia Civil, en Logroño.
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